Amelia Brown de dieciséis parecía tener una vida normal de adolescente. Vivía con sus dos hermanos, Benjamín de veintidós y la pequeña Charlotte de diez años. Los tres vivían juntos, sus padres habían desaparecido hace diez años, estos trabajaban en...
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6 meses antes de la hora de la alegría...
Miércoles 8 de Febrero 1995
Las hojas del árbol caían en la cara de una pequeña niña de cinco años que se encontraba dormida debajo de este. Parecía que se había quedado dormida después de leer el libro de cuentos que se encontraba junto a ella.
Era un día común y corriente en el Playcare, los niños jugaban y se reían. Todo era perfecto.
Un niño pelirrojo de unos seis años se acercó donde la niña de cabellos rubios estaba dormida, justo de tras de él estaba otro chico castaño de su misma edad. Ambos se acercaron a ella con cuidado de no asustarla.
—¿Amy?—El chico pelirrojo empezó a moverla para que despertara.—¡Es un día muy bonito y soleado como para quedarse dormida! ¿Verdad, Theo?.
—Como tú digas, Will. Vamos, Amelia. Despierta pequeña estrellita—Respondió Theodore.
La chica soltó un bostezo, se talló los ojos tratando de quitar las lagañas de sus ojos.
—¿Que... qué día es?—Bostezo nuevamente—¿Por qué me despiertan? Tenía un sueño muy bonito, chicos.
—¿Como qué por qué te despertamos? ¡El día esta muy bonito! ¡La noche es para dormir y el día para jugar!—Le explicó Will—Aparte, tus papás ya casi salen de trabajar, no te vamos a ver hasta mañana, tontita.
Amy río.
—Está bien, ya. ¿Ves? Ya estoy despierta.—Dijo sacudiendo las hojas de su cabello.
—Esa es la actitud, Amy—Will la ayudó a pararse —¡Ahora hay que ir a los columpio...! ¡Cuidado!
Un balón de futbol se acercó a gran velocidad a la cara de la niña, no tubo tiempo de quitarse, el balón la golpeo en la cara provocando que le sangrara la nariz. Cayó al suelo tapándose la nariz y llorando.
—¡Amy!—Theo y Will se acercaron preocupados por ella.
—¡Amelia! ¿Estas bien? —Theo la tomó de la cara para verla—!Oh no! ¡Estas sangrando!
Se empezaron a escuchar risas no muy lejos de ellos. Dos niños de unos siete años se reían a carcajadas.
—¡Oigan! ¿¡Que les pasa!?—Les gritó Will mientras que Theo estaba tratando de controlar el sangrado de Amelia.—¿¡Les parece divertido lastimar a las niñas!?
—¿Que?—El niño río—Claro que no, niño.
—Solo a esa niña,—La señaló—ella se la pasa presumiendo que ella si tiene padres y que no es huérfana.
—La odiamos.
Will estaba tratando de no saltar sobre ellos y golpearlos por lastimar a su mejor amiga. Pero sabía que lo mejor sería llevar a Amelia a la enfermería y exponer a esos niños con Miss Delight.
—Ven, Amy. —Theo la ayudó a levantarse. —Vamos a la enfermería.
—Okey...
—Ni crean que esto se va a quedar así. —Will los vio de reojo para ir con sus amigos.
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—¿Te sientes mejor, Amelia?—Miss Delight le había puesto un poco de agua oxigenada a la niña para que el sangrado parara.
—La cara me duele un poco, pero creo que si.—Respondió sobando su rostro.
—No te preocupes, cariño. Los niños que te golpearon van a tener un castigo por hacer eso.—La maestra abrió la puerta de la habitación —Ya pueden entra...
—¡Amy!.
No terminó ni de hablar cuando Theo y Will entraron corriendo.
—¡Perdóname, Amy!—Will la abrazó con todas sus fuerzas —. Debí haber sido yo a quien golpearan en tu lugar.
—¡No, yo!—Dijo Theo.
—Tranquilos, niños. La van a asfixiar.—Miss Delight los regañó.— Sus padres ya vienen por ella, así que despídanse.
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Los padres de Amelia llegaron por ella. A decir verdad, estaban pensando seriamente en ya no llevar mas a su hija al Playcare.
Pero no se podían permitir llevarla a una guardería fuera de la fábrica. No quedaba de otra, Amelia se quedara en el Playcare de la fábrica,
Amelia se despidió de sus amigos para luego subir al coche e irse a casa.
—¿Crees que sus padres estén muy molestos?—Se cuestionó Will.
—Es más que obvio que si.—Theo se recostó en su cama.—Solo queda rezar para que no la saquen del Playcare.
Will no dijo más. Pero sus pensamientos no lo dejaban dormir.
Theo ya estaba profundamente dormido, era de un sueño pesado y la mayoría del tiempo quería dormir.
Por otro lado, Will se la pasaba pensando, sobretodo pensando en Amelia.
Este volteó a ver el recuadro con una foto de él con Theo y Amy cuando se hicieron grandes amigos. Sonrió al recordar ese momento.
—Duerme bien, mi pequeño Ángel.
William quedó profundamente dormido con una sonrisa en su rostro.
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Ando de vacaciones, wii
Unos amigos de un grupo me dieron ideas para hacer esta historia, lo dudé mucho pero una mega trama se metió a mi cabeza y puesss aquí estamos.
Como son vacaciones voy a tratar de actualizar mis otras historias que están más abandonadas que nada jsjsjsjsjs.
