Amelia Brown de dieciséis parecía tener una vida normal de adolescente. Vivía con sus dos hermanos, Benjamín de veintidós y la pequeña Charlotte de diez años. Los tres vivían juntos, sus padres habían desaparecido hace diez años, estos trabajaban en...
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—¿Seguros que no la an visto? ¿¡No les dijo nada!? ¡Son sus amigos!
Ben estaba en el patio de la escuela cuestionando a Daniel y Melanie. Ya había ido a la dirección de la preparatoria y nada.
—Amelia lleva dos días desaparecida... y la última vez que la vimos fue cuando la visitamos, ¡en su casa!.—Explicó Melanie.
—Bueno...—Ben suspiró—De igual manera gracias, ahora tengo que ir a levantar la denuncia a la policía...
Ben subió a su auto y se marchó. A pesar de que el trabajaba como detective, no lograba encontrar rastro de su hermana menor.
Ambos chicos se quedaron viendo al hombre irse. Melanie empezó a negar con la cabeza.
—No creo que si lo haya hecho...
—¿Que cosa?—Pregunto Daniel mientras se comía un Hot Dog.—¡Oye!
Melanie suspiró molesta y de un manotazo tiro la comida del pelirrojo, lo jalo lejos para que no los escucharan. Diana los vio, se moria de la curiosidad. Estaba a nada de seguirlos, pero fue llamada a dirección por el altavoz del gardin delantero.
—¡Ahora me debes un Hot Dog, Mel...!
—¡Cierra la puta boca!—Mel le tapo la boca, los dos estaban escondidos atras de un árbol—A lo que me refiero es que si crees que Amy si se haya ido a la fábrica a buscar a sus padres.
—Ah, eso... pues Amy es muy terca, lo más seguro es que si.—Susurró.—Esa chica es demasiado obstinada.
—Maldición...—Melanie tubo una idea—Oye ¿sabes como a que distancia esta Playtime Co.?
—Ahm—Daniel lo pensó un momento—E-eh como a unos nueve kilómetros de la ciudad hacia el oeste... ¿por qué?—Melanie lo miro con determinación—No, no, no, ¡no! Conozco esa cara... ¡No vamos a ir, Mel!
—¡Vamos, Daniel! ¡Es nuestra amiga, tenemos que ir a ver si esta bien y a salvo!—Dijo Mel con entusiasmo.
—No lo sé, Mel la fábrica es demasiado grande, buscarla en ese lugar nos tomaría mucho, mucho tiempo...
—Pero...—Mel lo abrazo por los hombros—Es una forma muy especial de demostrar cuanto nos queremos mutuamente.
Daniel la miro con una mueca, suspiró y asintió levemente.
—Esta bien... vamos pues.
—¡Si!—Mel abrazo al pelirrojo—¡Esa es la actitud!
—De igual manera,—ambos se levantaron y tomaron sus mochilas—Amy se sabe cuidar sola. Yo digo que esta bien.
