Amelia Brown de dieciséis parecía tener una vida normal de adolescente. Vivía con sus dos hermanos, Benjamín de veintidós y la pequeña Charlotte de diez años. Los tres vivían juntos, sus padres habían desaparecido hace diez años, estos trabajaban en...
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Una Hora Y Media Antes De La Hora De La Alegria
8 De Octubre 1995
—¿¡Donde está mi sobrina!?
Alice entro a la fuerza al laboratorio de la fábrica.
—¡Señora, no puede entrar ahí!
—¡Amy!—Alice revisaba todas las habitaciones del laboratorio.
Algunos científicos trataban de detenerla, pero sin embargo como si fuera del diario la mujer los esquivaba como toda una profesional. Llego a una puerta de cristal enorme, adentro de ella se veía con claridad a su sobrina acostada con una bata, conectada a un montón de tubos y máquinas, uno de esos tubos le estaba inyectando a sus venas un líquido ¿dorado? La piel de la niña estaba más pálida.
La mujer en su desesperación tomó una silla y rompió la puerta, el sonido de los cristales rompiéndose fue lo suficientemente fuerte como para despertar a Amelia de su anestesia.
La niña se tallo los ojos.
—¿Tía Alice...?
—¡Ay, cariño!—Alice la abrazó—Ven, tenemos que irnos...
Alice retiro los tubos que estaban conectados a Amelia, le alarmó el hecho de que la bolsa con el líquido dorado estaba casi vacío.
—¿Y mis papis?—Pregunto Amy mientras su tía la cargaba en sus brazos.
—No te preocupes por ellos, me mandaron por ti—La mujer cargo a la pequeña niña—¿No se te olvida algo más, Amy?
—Mi collar de perlas...
Señaló la mesa al lado de la cama.
—Es el que me regalo Theo.
—Okey, linda...
Alice tomó el collar y lo guardo en su bolsa. Salió de la habitación con la niña de cabello rubio en brazos.
—¡Oiga!—Un científico salió de su oficina y le gritó a la mujer—¡Usted va a pagar por esa puerta!
