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Eugénie se encontraba con una curiosa jovencita, estaba junto a ella después de haber pasado dos días de que él fue a su habitación y ambos quedarán despiertos toda la noche, comunicándose y conociéndose, hasta que claro la joven se durmió y él se fue a la mañana siguiente.
La castaña asombrada colocó una mano en el hombro de la pelirroja y sonreía: ——Virtanen... Dios, parece que están muy acaramelados, ¿no lo crees?—— ella abrió su boca avergonzada y se reía nerviosa.
——E-es solo mi amigo... él es impredecible además, es muy guapo pero... ¡n-no lo se! Cuando pienso en él no lo hago con claridad.—— tal vez el jovencito iba descubriendo algo en su metamorfosis.
Se sentía atraído hacia ella, sus resortes hacían sonidos curiosos cuando hablaba con la jovencita, pero también entre más la conocía, más sentía un dolor en su cien.
Tenía recuerdos borrosos, donde la veía en una zona poblada, caminando, esos tacones resonando y vestido largo pero que se acentuaban a su bonita figura, el joven se sentía muy confundido y muy desconcertado.
——Ya han pasado bastante tiempo juntos, ambos parece que se... atraen mucho, ¿es que acaso no te das cuenta?—— eugenie la hizo enterrar su rostro en la palma de sus manos por el nerviosismo.
——Deberías de... invitarlo a tomar el té y comer algún postre.—— la jovencita trago en seco y desvió su mirada ruborizada por completo.
——Yo jamás he invitado a un hombre a que salga conmigo.—— y era cierto, nunca necesito a recurrir tener que esforzarse para tener a un hombre comiendo de su mano, pero... Pinocchio vaya que si lo hizo.
Por alguna razón, se convenció, estaba en la cocina, preparando aquel tiramisú, la verdad es que era más o menos buena en la cocina, le gustaba mucho, pero normalmente tenía a personas cocinar para ella hace unos años.
Con el libro de recetas se guiaba, era bastante fácil,aquel pastel frío se montaba en capas, primero de bizcocho con café recargado y luego la capa de nata, no le costó mucho, lo metía al frigorífico.
Espero unos momentos y luego se acordó, había querido hacerle un té bastante exótico, que no fuera el típico té de manzanilla o de limón, queria hacerle uno diferente, y se ideó de inmediato... el té azul.
