Capitulo I

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Quizás yo no sea partidaria de que las cosas pasen por algo o que el destino exista, ¿pero él? Él me hace dudar hasta de mi propia existencia.

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El inicio de curso siempre es difícil para todos. Pues tener que volver a las clases después de unas largas vacaciones y sabiendo que podrían ser las últimas no es la mejor sensación.

Una vez llego a la habitación—en la cual llevo conviviendo desde los últimos 3 años—vacío mi maleta para ir colocando las cosas donde corresponde.

Abro las grandes y blancas cortinas que contiene el ventanal que está justo encima de la cama dejando entrar así la luz que proviene de fuera. Envuelvo mi cama, la cual está situada al fondo de la habitación, con unas sábanas rosas. Justo al lado encuentro un armario al que le han cambiado las dos puertas por una puerta corredera donde voy colocando toda mi ropa. Como escucho que alguien llama a la puerta decido dejar para después el baño que no me quitara mucho tiempo ya que está dentro de la habitación.

—Aisha, cariño.

Solo por la aguda y suave voz que me reclama ya puedo imaginar que es mi madre. Cuando entra por la puerta veo su mirada oscura y llena de nervios.

Alisa, mi madre, es bastante más alta que yo y con un pelo canoso y completamente liso que no le llega más allá de los hombros —todo lo contrario a mi vaya —. Lleva un vestido rosa y unos zapatos de tacón oscuros a conjunto con el color de sus pequeños ojos.

—Hola.

—Veo que no te cambian de habitación... —rie.

—Eso parece.

—¿Cómo estás? —pregunta sentándose en la cama.

Teniendo en cuenta que dentro de unas horas voy a estar luchando por mi vida, pues algo angustiada.

Cuando mi madre se va, solo me estiro en mi cama ya hecha y me quedo observando el ancho y blanco techo."Voy a ser Senior". Era lo único que se repetía constantemente en mi cabeza.

Hasta ahora solo había estado haciendo prácticas simulando lo que iba a suceder realmente en el siguiente periodo de tiempo, nunca pensé que este iba a llegar.

A la mañana siguiente solo podía pensar en cuál de los dos grupos se me iba a asignar y aunque lo tenía bastante claro porque toda mi familia había permanecido en este, estaba un poco nerviosa.

Me peino mi larga y rubia melena para seguidamente recogerla en un moño arriba de mi cabeza dejando mi flequillo suelto.

Una vez ya estaba alistada y mentalizada decido bajar al salón donde se encuentran todos los candidatos almorzando que al contrario que yo, no parecían nada nerviosos y eso que yo no hago las pruebas hoy.

—¡Ash! —escucho a lo lejos.

Me giro rápidamente para contemplar a Aine, mi mejor amiga, corriendo hacia mí.

—Como te he echado de menos amiga —reconoce mientras me envuelve en un dulce abrazo—. Ven, siéntate con nosotros —dice entusiasmada.

La sigo hasta una mesa que está llena de gente, todos eran hijos de grandes magos, algunos de más fuertes, otros de más listos... y ahí estaba él, el chico del que llevaba los últimos tres años enamorada. Nunca me había atrevido a hablar con él, ya que, al revés que Aine, nunca he tenido esa facilidad para relacionarme con gente.

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