Termino de preparar todo. Me aseguro de que la mesa esté bien puesta. Platos, copas, cubiertos. Todo. Cuando ya estoy satisfecha con el resultado, me dirijo a mi habitación a ponerme algo un poco más apropiado para la ocasión. Un corsé rojo, tanguita a juego y una bata semitransparente, dejando mucho a la vista. Me miro en el espejo y volteo para mirarme completa. Perfecto. Mi plan es mi meta y no me voy a echar para atrás. Le tengo una sorpresa a Max. Sólo espero que la disfrute tanto como lo haré yo y no termine dejándome.
Cuando ya estoy llegando nuevamente al salón, el timbre suena y me pongo un poquito nerviosa. Sé que es él. Así que tomo lo que necesitaré y me acerco a la pueta. Dejo las cosas en la mesita junto a la puerta y abro.
Viene vestido casual. Pantalón de vestir negro y camisa de manga larga blanca. Los primeros botones de su camisa están desabrochados, mostrándome lo que será mío en algún momento de la noche, si todo sale según mi plan.
-Hola hermosa. -me dice con esa voz ronca y esa cara de monumento, recostándose al marco de la puerta.
Es un gran seductor. Pero no voy a caer en sus encantos. Al menos no hoy. Esta noche seré yo la que lleve la voz cantante. Y espero realmente, que después de esto, él no salga huyendo de mí.
-Hola guapo -le digo en respuesta.
Me da una mirada apreciativa desde mis ojos hasta llegar a mis pies, demorándose un poco en mis pechos casi a la vista, debido a la poca ropa que llevo encima.
Me remuevo un poco en mi lugar. Sus ojos fijos en ciertas áreas de mi cuerpo me encienden y no puedo evitar que mi sangre se caliente al extremo.
No me muevo de donde estoy, así que sus ojos se extrañan un poco. Pero no pierden lo lascivo que transmiten.
-¿Me vas a invitar a entrar? -pregunta con una pequeña sonrisa en el rostro.
-Hmmm... claro que sí -le digo saliendo de mi estupor-. Pero... te tengo una pequeña sorpresa.
-Si tiene que ver con tu atuendo de esta noche, seguramente lo disfrutaré muchísimo.
-De hecho, sí. Aunque... -mi nerviosismo se escucha en cada palabra. No puedo permitirme perder la oportunidad. Así que me doy un golpe mental y sigo con mi plan.
Él no ha intentado entrar a mi apartamento.
-Aunque ¿qué? -me pregunta tranquilamente-. ¿Por qué te siento tan nerviosa?
-Estoy emocionada, eso es todo.
Tomo sus manos y lo hago pasar el marco de la puerta.
-Quédate aquí.
Cierro la puerta a su espalda y regreso frente a él, no sin antes tomar el pañuelo de la mesita junto a la entrada. Lo escondo a mi espalda para que Max no lo note.
-Ahora sí.
-¿Qué está pasando? ¿Qué planeas? -me dice cruzándose de brazos, lo que hace que se vea más alto e imponente.
-Es una sorpresa y por lo mismo no quiero que la veas.
-¿Entonces?
-Te pondré una venda para no arruinar lo que te tengo preparado.
Su cara es medio confusa. Sé que no le agrada mucho la idea. Pero no se niega.
Aprovecho para colocar el pañuelo sobre sus ojos antes de que tenga tiempo de pensarlo mucho y decida negarse.
Sus manos van a la parte que cubre sus ojos sosteniéndolo para que yo lo pueda atar bien en su nuca.
-De acuerdo. Y ahora ¿qué? -dice levantando sus manos para tocarme.
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You are my Temptation
RomanceMax y Abby tendrán un fin de semana que cambiará su relación.