CAPÍTULO SEIS: «La alarma que me devuelve a la realidad»

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Heather Stone

Después de haber terminado de leerme dos libros en Wattpad salgo de mi habitación decidida a bajar las escaleras oyendo mi tripa sonar, encuentro una nota pegada a la pared del pasillo por donde paso para llegar a las escaleras.

"Comida en el microondas"

Reconozco la letra de Logan así que arrugo la nota volviendo a caminar a su habitación, abro la puerta encontrándole acostado en su cama con su teléfono. Le lanzo la bola de papel.

- Inmaduro. -digo antes de cerrar la puerta de nuevo con un portazo.

¿De verdad no podía ni siquiera desarrollar más la nota? O al menos asomarse a mi habitación cuando la preparó y decirme que estaba la comida hecha.

Oigo como sale de la habitación y su voz se hace presente en el pasillo.

- ¿Inmaduro por qué, Heather?

- Porque me parece de ser inmaduro escribir una maldita nota con cuatro palabras cuando podías haberte asomado a mi habitación y avisarme no iba a matarte, ¿sabes? -respondo girándome para mirarle fijamente a los ojos.

- Yo hago lo que me sale de la polla, si me hubiese apetecido enviarte una puta paloma mensajera a tu dormitorio lo hago. Bueno, tampoco es tu dormitorio, eso deberías tenerlo presente antes de cabrearme.

- ¿Me echarás, Logan? ¡Hazlo, imbécil!

- No te echo porque mi madre me mataría.

- Mentiroso, tienes veintiséis años, como mucho te regañaría. Tu problema es el mismo de siempre: me quieres cerca, pero no mucho porque te agobias.

- Nunca te quiero cerca, Heather, deja de creerte tan importante. -sus palabras son cuchillos directos a mi corazón.

- ¡Pues échame, joder! ¡Lánzame a la calle como harías con un perro! -estallo.

- No me provoques.

Me acerco a él empujándole.

- ¡Venga, hazlo, déjame en la puta calle!

- Heather...

- ¡Empieza a hacer las cosas que tanto dices que harás! -golpeo su pecho.

Me detiene sujetando mis muñecas.

- ¿A qué te refieres con eso?

- Estoy agotada de oírte prometer cosas, jurarlas, decirlas para que después no demuestres nada. Es que eso eres: eres simples palabras que al paso del tiempo se las lleva el viento.

- ¡¿Crees que tú no eres lo mismo?! ¡Me endulzaste con palabras prometiéndome miles de cosas! ¡Me prometiste un tatuaje conjunto, me prometiste nunca dejarme, me prometiste estar en todos mis cumpleaños, me prometiste ir a mi graduación, me prometiste ir a cada uno de mis partidos, me prometiste una vida de ensueño a tu lado! ¡¿Cuál de todas esas promesas has cumplido, Heather?! -suelto un sollozo-. Eso es, ninguna.

Se hace una pausa en silencio antes de que él vuelva a hablar.

- Solamente has cumplido dos promesas. Una: condenarme a tenerte siempre presente. Dos: cuando me prometiste que te querría tanto que pensaría en ti siempre que viese a una mujer por muy perfecta que ella fuera.

- Tres: quererte toda mi vida. -susurro.

- Esa es la primera que rompiste, nunca me quisiste.

Una segunda oportunidad  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora