CAPÍTULO DIEZ: «Acciones»

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Heather Stone

Tres días después de la conversación que mantuvimos sobre mi sufrimiento sin él y donde Logan me mostró sus cicatrices aún no he terminado de digerir esa información. No he salido de esta habitación mientras él deambule por la casa y salgo únicamente para ir al baño y cocina.

Me he resguardado en la gimnasia estirando mis músculos y ligamentos trabajando mi flexibilidad la cual me niego a perder. Después de las vacaciones tendré que regresar a los éntrenos y no deseo tener que pasar días dedicándole tardes enteras a la flexibilidad.

Me mantengo en el suelo realizando estiramientos cuando Logan abre mi puerta asomando solamente su cabeza dentro buscándome con su mirada hasta encontrarme en el suelo.

- ¿Quieres ir a pasear? -me pregunta suavizando su tono.

Niego con mi cabeza siguiendo con mi rutina, él suspira ruidosamente.

- ¿Salir a ver el atardecer? -vuelvo a negar-. ¿Ir a merendar?

Niego.

- Ahm... ¿hacer deporte?

Alzo mi mirada encontrándome con su mirada desesperada por mi respuesta afirmativa.

- No quiero salir, Logan. -hablo.

- ¿Y qué te parece ver películas en el salón? Podemos comer palomitas si deseas. -insiste.

Con solo mirarle ya sabe mi respuesta, se resigna hinchando su pecho de aire saliendo de mi habitación cerrando la puerta devolviéndome mi privacidad.

Le confesé demasiadas cosas hace días como para estar junto a él como si nada hubiera pasado o compartir el mismo espacio que él. Me resulta ilógico que ahora me niegue rotundamente a estar con él cuando hace años le pedía que fuese a verme a mi casa cogiendo un bus o taxi para que me abrazase después de confesarle entre sollozos por teléfono como de mal me sentía.

Sacudo mi cabeza eliminando esos recuerdos que me revolucionan las mariposas de mi estómago al repetir las sensaciones tan agradables que tenía en esos momentos de mi vida. Continuo en mis cosas y estiramientos hasta que la puerta se abre de golpe cuando estoy recogiendo el desorden creado.

- Quieres acciones, pero te niegas a pasar tiempo conmigo. ¿Cómo cojones voy a intentar demostrarte algo, Heather? ¿Uso la telepatía que aún no he desarrollado? -se desespera.

- Logan, te confesé demasiadas cosas, no sé cómo actuar ahora. -explico.

- Eso es lo más doloroso, pensar que ahora no sabes cómo actuar cuando antes no pensabas nada más que no fuera en el amor que sentías y lo bien que te hacían sentir mis brazos.

- Brazos los cuales me estaban enloqueciendo lentamente cada día más. -recuerdo.

- ¡Permíteme demostrarte que pueden darte más que esa locura, Heather!

- ¡¿Cómo, Logan?! ¡Dime!

Me envuelve entre sus brazos dejándome congelada unos segundos antes de reaccionar como una adicta a la cual le han dado su droga favorita. Le estrecho en mis brazos mientras que él hace lo mismo besándome la cabeza cuando estallo en llanto contra su pecho sintiéndome de nuevo con vida.

Nos acariciamos todo el cuerpo, yo recorro su espalda con las palmas de mis manos desesperada por memorizarla y palparla, enredo mis dedos en su pelo revolviendo el mismo jalando de distintos mechones ansiosa de sentirle más cerca si puede ser.

Él barre mi cintura con un tacto suave e inseguro, hasta tembloroso, sus manos se instalan en mi espalda después sintiendo la misma tocándose piel con piel gracias al top deportivo que llevo puesto. Parece no importarle la fina capa de sudor que me perla la espalda ya que continúa tocando, hasta se inclina y me besa los hombros marcándome con sus labios sacándome un suspiro. Me aferro a sus hombros cuando sus besos se desplazan a mi cuello mientras sus manos enredan mi cabello en sus puños. Sus labios se deslizan pasando por mis mejillas llegando a mi sien donde reparte más besos hasta el cansancio.

Una segunda oportunidad  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora