Capítulo nueve. Ciudad Sol

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Ciudad Sol es más que una ciudad: es el remedio al descarrilamiento de las personas.

* * *

DÍA 7 - HORA: Aproximadamente 11:00 PM - UBICACIÓN: Suburbios de Ciudad Sol, Rama Big 52 SC

El viaje a la ciudad había sido bastante largo y cuando Puppy llegó a las primeras casas, la oscuridad ya se había apoderado de las calles. Ciudad Sol presentaba un grupo central de edificios comerciales y administrativos rodeados de áreas residenciales. Sin embargo, no había luces en ninguna ventana, ni señales de nadie viviendo allí. El vecindario por el que Puppy trotaba había sido saqueado casi por completo en busca de materiales de construcción, dejando solo los esqueletos de las casas descansando en la arena siempre presente; era como un cementerio desolado, lleno de cadáveres que alguna vez lo habían llamado «hogar».

Ahora, Puppy no tenía muchas ganas de admitir que todavía le tenía un poco de miedo a la oscuridad, pero todo el lugar era demasiado similar a su primer día en el apocalipsis para dejarla simplemente encogerse de hombros y seguir adelante.

—¿Por qué ese pollo tenía que estar en peligro en un lugar tan aterrador? Estúrpida Henri, no hay ponis aquí, ¿por qué la llaman ciudad si no hay ciudadanos?

Cada paso la llevó más profundamente a ese lugar aterrador. ¿A dónde se habían ido los letreros de colores? Puppy nunca salía mucho de noche pero estaba bastante segura de que una ciudad no funcionaba así... Quería algo de música para ocultar el sonido del viento aullando a través de esas casas huesudas, pero la radio se había silenciado cuando la potra llegó a las afueras de Ciudad Sol y el inusual silencio la hizo sentir sola.

—Oye, Señor Voz, ¿estás ahí?

Una descarga de estática fue la única respuesta que Puppy obtuvo del traje.

—Fzzt -cación BbZzzZzT -ada. Electr- SkrackLE -ferencia. ¡BzaP! -posible vo- BzZzT! -terfaz.

—Aw, está de mal humor otra vez... —La potra frunció el ceño y siguió trotando. El HUD del casco comenzó a mostrar advertencias escritas en la pantalla, pero mostrar rápidamente una lista de mensajes técnicos a una potra que ni siquiera podía leer sin deletrear cada letra era una pérdida de tiempo. Esto dejó a la potra completamente sola: la radio se había ido, el Señor Voz se había ido, esto era como esas veces en las que intentaba dormir pero la habitación estaba demasiado oscura y el viento afuera hacía ruidos extraños. Eran las noches en las que se escondía debajo de las sábanas y llamaba a su madre hasta que se acercaba y la acariciaba con la nariz, cantando una pequeña canción de cuna para que se sintiera segura y cálida. Puppy trató de cantar algo, pero lo único en lo que podía pensar ahora era en la canción de la malvada hechicera, y no, no ayudó en absoluto.

Los pasos del pequeño poni resonaban en su cabeza como el ritmo de los tambores mientras Puppy caminaba por un laberinto interminable de calles idénticas, con cada ventana vacía reflejando su inquietante brillo rosa. ¿Qué fue eso? ¿Quizás el señor Hostín había regresado de la tumba y la estaba siguiendo? Incluso el señor Hostín habría sido bienvenido en este punto... Un distante chillido metálico congeló a la potra en el lugar; su trasero golpeó el asfalto y dejó de moverse por completo.

—¿¡Qué ha sido eso!? —Claro, lidiar con bullybots y correr detrás de mamá no era algo aterrador, tener que enfrentarse a ponis ghouls podía dar miedo, pero al menos sabías contra qué estabas peleando... pero esto era diferente: una ciudad vacía llena de casas vacías y caminos vacíos durante una noche nublada? ¿Y con sonidos fantasmales también? ¿Por qué pensaba ahora en fantasmas? ¡Nada de fantasmas, malos fantasmas! ¿Por qué dejó el rastro de las banderas rojas? La bonita yegua Happy le había dicho que no se saliera del camino, pero tenía que venir y ayudar a esa gallina estúrpida y ahora estaba oscuro y daba miedo y Puppy echaba tanto de menos a la señorita Cola Sedosa.

Fallout Equestria - Pink EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora