Fallout Equestria - Pink Eyes

Capítulo diez. Identidad

En el desierto puedes recordar tu nombre, porque no hay nadie para que no te cause dolor.

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DÍA 9 - HORA: Aproximadamente 2:00 AM - UBICACIÓN: Suburbios de Ciudad Sol, Rama Big 52 SC

—Al diablo con este dolor de cabeza, no puedo dormir... —Henrietta se frotó la triste cabeza. Puppy tenía buena puntería y aún más fuerza a la hora de lanzar cosas, y ahora la joven hembra grifo estaba pagando el precio de la habilidad de Puppy. El día había sido duro, con mucho trabajo, desmantelando los edificios en el cinturón exterior y llevando los materiales a la zona residencial. Si el joven grifo no hubiera tenido esa herida, habría estado dormida como todos los demás.

»La próxima vez que vea a ese diablo amarillo, le daré una palmada tan fuerte que su trasero podrá usarse como señal de aterrizaje durante las noches de niebla. Por cierto, ¿qué estaba haciendo la potra en Ciudad Sol? Todo el lugar era una trampa, con ese zumbido hipnótico que podía doblegar tu voluntad y...

Los ojos de Henri se abrieron al darse cuenta repentinamente mientras murmuraba para sí misma.

—Espera un maldito segundo... el zumbido se ha ido... el maldito zumbido se ha ido, ¡puedo pensar con claridad! ¡Tengo que salir de aquí! —La mitad águila se puso de pie, extendiendo sus alas lista para emprender el vuelo, pero se congeló en su lugar tan pronto como vio a los otros grifos; había cinco de ellos en la habitación: dos eran los Talon que trató de dejar atrás al sumergirse en este maldito lugar, mientras que los otros tres tenían los tatuajes de Talon pero no llevaban armadura y no parecían estar armados.

»Por fin es hora de vengarse... —Una sonrisa cruel apareció en el pico de Henri mientras desenvainaba su cuchillo y avanzaba hacia la primera hembra grifo dormida. Ella era una de las desarmadas, profundamente dormida debido al arduo trabajo del día. La joven mitad águila se movía lenta y silenciosamente, como una serpiente en la hierba, acercándose a su víctima por detrás, lista para agarrarle el pico y degollarla; muy lentamente se inclinó sobre la cabeza de su víctima y... entonces el grifo ansioso de venganza notó los huevos.

—Oh mierda, por favor no... —El fuego en los ojos de Henrietta se apagó mientras miraba los dos huevos que el grifo abrazaba mientras dormía. La rabia se convirtió en vacilación y la resolución del grifo se hizo añicos: matar a una madre mientras dormía estaba más allá de cualquier hambre de venganza que tuviera... pero los otros cuatro, por otra parte.

Los otros cuatro, ¿qué? Dos eran solo víctimas del lugar, uno de ellos podría haber sido el padre de esos huevos, además estaban totalmente desarmados y posiblemente no tenían nada en contra de ella... y los dos que la perseguían dentro de Ciudad Sol dormían tan profundamente que Henrietta estaría a kilómetros de distancia cuando se dieran cuenta de que se había ido. ¿Qué sentido tenía matarlos así?

—No es justo, no soy una traidora... —Henrietta giró sobre su cola y se dirigió hacia la puerta, pero se detuvo cuando notó una mancha rosada en una esquina de la habitación. Cota Pecosa, Sopa Leprosa o un nombre así... La muñeca de Puppy. Demonios, casi se había olvidado de la muñeca—. ¡Oh, mierda, Puppy! —¡Estúpida cerebro de pollo, casi se había olvidado de la potrilla!

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DÍA 9 - HORA: Aproximadamente 2:30 AM - UBICACIÓN: Suburbios de Ciudad Sol, Rama Big 52 SC

Sentada en las sombras rojas de la sala de control, Puppy todavía estaba confundida: no tenía idea de quién podría ser la voz de esa yegua que la había visitado antes de que regresara el Señor Voz, pero no estaba segura de si este recién llegado era un poni bonito. Incluso pensar en esa aterradora yegua hablando en su cabeza fue suficiente para enviarle escalofríos por la espalda y hacer que esperara que no regresaría pronto.