10- Atrasada

139 12 2
                                    

— No quiero que piensen mal de nosotros— solté de la nada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— No quiero que piensen mal de nosotros— solté de la nada. Eddie manejaba y no me miraba.

— ¿Por qué?—Me sonrió— Sólo soy tu profesor.

— Sí, pero no es necesario que me lleves a casa— Rodeé mis ojos— Lo agradezco, pero si esto pasa más veces, entonces podríamos estar en problemas.

— Me gusta hacerlo, es sólo que no me gusta quedarme solo y bueno, sé que no tienes clase los martes, después de mi clase. Sólo que lo tomé como una buena opción, me haces compañía y yo te paso a dejar sana y salva.

— Bueno, quizá sea bueno que esta sea la última vez—hablé jugando con mis manos.

— No seas así—Eddie rio—Ni yo me pongo tan nervioso.

— Bueno, no lo sé—opté por mirar por la ventana de su auto— En serio no quiero dramas por esto.

— Somos amigos, Effy. No hay nada de malo.

— Eres mi profesor, pueden pensar mal.

— Oye, ellos no deben por qué saber acerca de nosotros.

— Está bien— suspiré—Si quieres me dejas en el parque, me juntaré con Grace.

— Bueno— Contestó sin despegar su mirada del camino.

Hubo un silencio incómodo.

Quizás Eddie se había enojado.

Se estacionó frente al parque y me bajé. Sentía un poco de vergüenza, no sabía qué decirle.

— Gracias Eddie— lo miré y él apenas respondió.

— Adiós, nos vemos mañana— No me dedicó ninguna de sus sonrisas y siguió su camino.

Grace me estaba esperando en una banca y caminé hasta su lugar. Me sentía mal por lo sucedido, Eddie sólo quería ser amable conmigo y yo me comportaba como una estúpida con él.

Grace lo notó, porque en cuanto me vio, me dedicó una de sus miradas extrañas.

— ¿Es mi idea o era Munson?—Me habló graciosa.

— Pues, sí.

— ¿Qué hacías en su coche?

— Pues nada, sólo vino a dejarme.

— ¿Es eso normal?

— Pues sí, ya te dije, es amigo de Gareth. No lo malpienses.

— Demasiada preocupación.

— Grace...las cosas no son fáciles, él es casi 8 años mayor que yo y me ve como una chica más. Sólo lo hace porque soy sobrina de su mejor amigo. Supongo que se preocupa algo más por mí.

— ¿ Y a ti te gusta?, te pones nerviosa cuando hablas de él.

— Claro que no, Grace— la miré asqueada.

Claro que sí me gustaba.

{...}

Entré a casa y subí hasta mi habitación.

Era martes y me alegraba que la semana poco a poco fuera acabando, porque amaba los fines de semana, amaba no tener que levantarme temprano.

Aunque Eddie sea un buen motivo para ir, la escuela seguía apestando.

Eddie:

Caminé hasta el baño, prendí la luz y me vi al espejo.

¿Qué cosa pasaba por mi mente?

No podía dejar que mi mente avanzara en aquellos pensamientos, me lo había autoimpuesto. Pensar en Effy era la cosa más extraña que podría estar pasándome, sobre todo por la diferencia abismal que entre los dos existe.

26 y 19 años, dos personas en etapas completamente diferentes de nuestras vidas, y no sólo eso, sino que la familiaridad con Gareth, me hace sentir como un jodido viejo verde que suele sentirse bien respirando la inocencia de chicas que probablemente no saben nada del amor.

Me siento perdido. Soy un maestro de 26 años y me encuentro cuestionándome mis propios sentimientos hacia una de mis alumnas, que apenas tiene 19 años.

Desde el primer día que ella entró en mi clase, algo en mí cambió. Su energía, su sonrisa, su forma de dar respuestas, todo en ella me atrae de una manera que no puedo explicar. Pero sé que esta atracción va más allá de lo que debería ser. Simplemente no se puede.

Cada vez que estoy cerca de ella, siento una mezcla de emoción y culpa. Sé que, como su maestro, tengo una responsabilidad ética y profesional hacia ella. No puedo permitirme cruzar esa línea, no puedo permitirme pensar en ella de esa manera.

Pero a veces, cuando la veo mirándome, me pregunto si ella siente lo mismo. ¿Es posible que haya algo real entre nosotros, o es solo mi imaginación jugándome trucos? inventándome juegos prohibidos entre un tipo confundido y una chica siento genuinamente amable.

Intento ignorar estos sentimientos, pero ellos no me ignoran, han tomado mi mente y  me pregunto si debería hablar con alguien al respecto, buscar orientación o simplemente tratar de enterrar estos sentimientos y seguir adelante como si nada hubiera pasado.

En el fondo, sé que lo correcto es mantener una distancia profesional y concentrarme en mi trabajo como maestro. Pero a veces, el corazón no comprende  y me encuentro dividido entre lo que siento y lo que sé que debo hacer.

Solo espero encontrar una salida de esta confusión antes de que sea demasiado tarde, antes de que alguien salga lastimado.

{...}

Al llegar a la escuela, pude notar las caras de muchas alumnas, a veces me daba miedo en la forma de sus miradas. Todas a mi gusto, eran sólo eso, alumnas.

Llegué a la sala de clases y me senté en el lugar que me correspondía, comenzaron a llegar uno por uno, aquello era aburrido, cada chico llegaba con una cara fatal y en parte me divertía al verlos así.

Comencé a dictar la clase y sentí que la puerta se abrió de a poco. Dirigí mi vista a la puerta y ahí estaba ella, Effy.

— ¿Puedo pasar maestro Munson?— Preguntó.

— Aquello fue una de las primeras normas—Contesté escribiendo— No puedes entrar, espera afuera.

Noté su rostro de enojo y cerró de un golpe la maldita puerta.

No podía mostrarme más blando con ella, hubo un silencio en la clase, y me sentí pésimo por ser así con ella, como si Effy tuviera la culpa de hacerme enloquecer.

No podía mostrarme más blando con ella, hubo un silencio en la clase, y me sentí pésimo por ser así con ella, como si Effy tuviera la culpa de hacerme enloquecer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LOVERMAN eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora