Prólogo.

1 0 0
                                    


...—¿No le temes a la muerte?— Preguntó el hombre que yacía echado en la camilla.

—No hay porque temerle a algo a lo que todos estamos destinados, señor Min— El joven se dió la vuelta y se sentó a un lado suyo sonriéndole grande—¿Por qué la pregunta?, ¿Usted si le tiene miedo?—.

—Nada en especial, solo quería saberlo y respondiendo a tu pregunta, no le temo exactamente a la muerte, le temo al lugar en el que muy pronto moriré— Soltó una risa seguida de una tos. Tomó una de las manos del médico a su lado y dejó un beso en el dorso de esta.

—Me gusta cuando sonríes...— Y el no sabía en que momento se había enamorado de aquella sonrisa, la sonrisa más bella que había visto en toda su vida.

Más no sabía que esa sería la última vez que sonreiría el hombre frente a él, no sabía que aquello le destrozaría el alma, el corazón y muy probablemente las ganas de volver a amar a como había amado a aquel hombre que solo lo miraba con amor puro reflejado en sus orbes.






-Está prácticamente seria mi primera vez escribiendo algo, así que me tengo muchísima fé (ahorita se me va esa fé).

My Fourth of July.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora