Los campeones fantasmas

El final en el principio

El caos y el terror se apoderaron de la ciudad amurallada, cuando los muertos vivientes salieron de sus tumbas con el fin de reclamar la tierra para sí mismos y que ocurrió gracias a una de las grandes brujas, que pertenecía al círculo principal del clan, cuyo plan era tener su propio reino.

Mientras tanto, los fantasmas, quienes habían sido retenidos en las instalaciones privadas días antes, se lamentaban estar fuera de la acción, aunque no podía hacer nada al respecto, pues su encierro era parte del protocolo para los agentes fuera de control.

Laure Lachance, la líder del grupo fantasma fue suspendida junto con su escuadrón debido a un incidente grave, en el que perdieron la vida una docena de civiles. Aunque la desgracia no se podía evitar con ningún método, aquello tuvo un impacto significativo en ella, provocando un sentimiento de fracaso e impotencia que la había perseguido desde el principio de la guerra y que, tras el suceso, se hicieron más intensos.

Las fuerzas de seguridad en el exterior hacían lo posible por defender a las personas, pero no podían matar aquello que ya estaba muerto y los cadáveres volvían a levantarse, una y otra vez, deseosos de consumir toda la vida a su paso.

Nikolai era el elemento más joven del equipo, sin embargo, entendía muy bien que a veces hacer lo correcto implica quebrantar las reglas establecidas, así que consideraba que el castigo era totalmente innecesario— ¡No debemos estar aquí! —reprochó después de dar un puñetazo con todas sus fuerzas a la puerta de su celda, la cual estaba hecha de energía sólida. El chico de ojos oscuros como la noche y de piel blanca como la leche, estaba demasiado furioso como para pensar con claridad sobre lo que estaba pasando.

Matt, el más maduro de todos, ya había pasado por situaciones similares incontables veces, así que en el fondo sabía que era algo temporal. Al inicio de la guerra era un capitán en el frente, pero cayó en desgracia luego de desobedecer las órdenes directas de sus superiores con el propósito de salvar a su esposa, quien finalmente falleció cuando no pudo llegar a tiempo al sitio que estaba siendo atacado por las fuerzas de las brujas— Ya lo sabemos chico, no es necesario que nos lo recuerdes —respondió con tranquilidad mientras estaba acostado en el frío suelo metálico. El hombre de grandes músculos, ojos color ámbar y piel morena, era la persona más tranquila y fría que se podía conocer, pues pensaba que todo lo que puede pasar, ocurrirá de todas formas, sin importar lo que cada uno haga.

— Yo digo que es mejor así, es probable que, si todos mueren, la energía se corte y así podremos salir —Dijo Yulianna, quien es la mujer más realista que existe, aunque también es muy pesimista. Tiene los ojos igual de verdes que una aceituna y la piel clara, además está repleta de sutiles pecas por todo el cuerpo. Ella estuvo presente durante la evacuación del reino, en aquel entonces era una recluta, pero tuvo la mala suerte de ver morir a su superior, cuando un proyectil le atravesó el pecho mientras cargaba a una pequeña niña que había salvado segundos antes.

— Haremos lo que nuestra líder decida, incluso si eso implica quedarnos aquí sin hacer nada —Respondió Estefanía, la más sensata del equipo. Su historia es un total misterio, pero confiaba en cada uno de sus compañeros, ya que cree que cada quién tiene la posibilidad de salir adelante a pesar de las adversidades. Solo era un par de años mayor que la líder, tiene la piel y ojos oscuros, es atlética y también es más alta que todos— Sé qué harás lo que tu corazón te diga que debes hacer, no lo que consideres lo correcto o lo que los demás esperan que hagas —Dijo dirigiendo la mirada hacia la celda de Laure, que se encontraba frente a la suya.

— Sinceramente no lo sé, todo es tan borroso y opaco, que no puedo ver las respuestas que necesito —contestó la Laure mientras le daba la espalda a su compañera— No he podido salvar ni una sola vida, ni siquiera pude acompañarlo a él en su búsqueda por temor a equivocarme.