CAPITULO 9: Navidad

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Ya era invierno en Hogwarts y eso significaba que las vacaciones de Navidad estaban a la vuelta de la esquina. Harry y Draco habían estado muy ocupados con los exámenes aquellas últimas dos semanas de clase, así que apenas se habían visto y no habían tenido oportunidad para tener momentos a solas.

El trío de oro caminaba hacia el gran comedor para comer.

— No sabéis lo tranquilo que me siento ahora que he terminado mi último examen. —dijo el azabache.

—¡Al igual que yo!, aunque no hubiera sido posible sin la ayuda de Herms. —confesó el pelirrojo.

— Deja de fingir ser modesto, Ron, y camina más rápido. Por culpa de tener que ayudaros a última hora, anoche no cené nada. Me muero de hambre... —replicó la morena, que se había desvelado hasta las tantas de la madrugada para ayudar a sus dos amigos irresponsables. Por suerte, ella ya había terminado sus exámenes con anterioridad, así que la falta de sueño no perjudicaría sus notas.

— Ya voy, ya voy, tranquila. —respondió Ron, dándose prisa en coger asiento. Aquella vez, Ron y Hermione se sentaron juntos, y Harry al otro lado de la mesa.

— Oye Harry, Ron y yo tenemos algo que contarte. —dijo Hermione, entusiasmada, mientras miraba al pelirrojo y le daba la mano.

— Es verdad, y es importante. Prométenos que no te enfadaras con nosotros. —dijo Weasley con cara de pena.

— Vale, vale, ¡soltadlo ya! —se quejó Harry, que ya estaba impaciente.

— Pues, el caso es que Ron y yo... —comenzó la morena.

— ¿Sí? —decía Potter, cada vez más intrigado.

— Bueno, que estamos saliendo. ¡Somos pareja! —terminó Ron.

— ¡¿Qué, enserio?! La verdad es que me lo veía venir... Enhorabuena chicos, me alegro mucho por vosotros. —dijo el azabache, preguntándose si debía contarles sobre Draco.

— ¡Gracias, amigo! —dijo el pelirrojo.

— ¿Y tú no tienes nada que contarnos, Harry? —sugirió Granger, que quería averiguar si su hipótesis era correcta.

— Eh, bueno... Sí, tengo algo que contaros. —confesó finalmente Potter, que ya estaba cansado de ocultarles cosas a sus amigos.

— ¿Y bien? —dijo Weasley, curioso, mientras se metía un trozo de patata a la boca.

— Pues, estoy con alguien. No estamos saliendo oficialmente, pero nos hemos besado y eso...

— ¡¿Qué?!, ¿como no me lo cuentas, tío?, cuéntanos con quien ha sido, que no aguanto la intriga. —dijo Ron.

— Bueno, pero prometedme que no os vais a enfadar... — pidió Harry.

— Tranquilo Harry, nosotros te vamos a apoyar en todo. —contestó Hermione.

—Pues, ha sido con Draco.

— ¡LO SABÍA!, Estaba claro que había algo entre vosotros dos, si es que hasta un bebé lo diría. —soltó la morena.

— Pero, ¿cómo te ha podido enamorar ese malcriado? —preguntó Ron, confundido y muy sorprendido ante la situación.

— Eso no importa, el ahora es buena persona, ha madurado. Ron, ¿no estás enfadado? Cuando te conté que éramos amigos te pusiste furioso...

— ¡Claro que no! Y no estaba furioso aquel día, simplemente me aterrorizaba el hecho de que te hiciese daño, te rompiera el corazón o algo así. Pero si tú eres feliz con él, eso es todo lo que importa.

— Wow Ron, parece que tú también has madurado... —dijo la leona, cada día más enamorada del pelirrojo.

— Bueno chicos, cambiando de tema, ¿este año donde pasaréis las navidades? —dijo el azabache.

— Yo como siempre, con mis padres. —contestó Hermione.

— Yo me iba a quedar en Hogwarts como en primero, pero mis padres quieren que estemos todos juntos. ¿Y tú Harry? Mis padres dicen que puedes venir con nosotros si quieres, aunque no prometo que Ginny no deje de perseguirte... —preguntó Ron.

— Gracias por la oferta, me encantaría, pero este año creo que me voy a quedar aquí, quiero prepararle una sorpresa a Draco, si es que consigue que sus padres le dejen quedarse. —contestó amablemente Harry, que se sentía mal por rechazar a su amigo.

— Vale, no te preocupes. ¿Deberías preguntarle ya a Malfoy, no crees? —sugirió el pelirrojo.

— Tienes razón. ¡Luego os veo chicos! —dijo Harry mientras se levantaba y se dirigía fuera del comedor. Mientras salía, miró a Draco y, como si estuvieran conectados, ambos hicieron contacto visual. El azabache hizo un movimiento con la mano indicando al rubio que saliera del gran comedor. Seguidamente, el Gryffindor salió por la puerta y se esperó fuera. Unos segundos más tarde, el Slytherin salió, y al ver al azabache, corrió hacia el. Ambos se fundieron en un corto pero apasionado beso, y al separarse, Harry tomó el turno de palabra.

— Oye Draco, ¿qué tienes pensado hacer estas navidades? —preguntó Harry, nervioso.

— Pues esta vez mi padre quiere que me quede aquí ya que Snape le ha dicho que ha bajado mi rendimiento en Pociones, algo que dudo mucho. Habrá sido por tu culpa. —dijo el rubio, mientras se reía al echarle la culpa a su amado.

— ¡Eh, eso no es verdad! De todos modos, yo también me voy a quedar aquí, así que podríamos aprovechar para pasar más tiempo juntos. —Dijo Harry, emocionado ya que todo le estaba saliendo a la perfección.

— Me parece genial, Harry. —respondió simplemente el rubio, intentando ocultar su emoción al saber que iba a pasar su primera navidad con el chico del que estaba enamorado.

Ambos se despidieron para ir a clases, pero no antes de darse un fuerte abrazo. A Harry le encantaban esos abrazos ya que podía respirar el perfume de Draco.

[...]

— Chicos, os voy a echar mucho de menos. No os olvidéis de enviarme cartas, ¿eh? — dijo Hermione, que estaba apunto de entrar al tren para volver a Londres.

—Y yo a ti Herms, que pena que vivamos tan lejos. En cuanto a ti Harry, no te vas a salvar de recibir un jersey de mi madre. —dijo Ron, riéndose al recordar los jerséis que hacía Molly para todos.

— Yo también os voy a echar de menos. Os lo voy a contar todo, y Ron, no tengo problema con los jerséis de tu madre, son súper calentitos. ¡Adiós! —contestó Harry mientras movía la mano a modo de despedida, ya que el tren se había puesto en marcha.

El azabache volvió al castillo y se puso a pensar donde iba a hacer la sorpresa para Malfoy. Quería crear un entorno romántico para pedirle al rubio ser su novio, ya que quería que su relación no se basara en besos como amigos. Decidió que el lugar perfecto era la sala de menesteres, ya que se podía adaptar a cualquier cosa que Harry quisiera. Ya en su habitación, cogió papel y pluma y comenzó a escribir una carta para Draco. La enrolló y se la dio a Hedwig, quien la agarró fuertemente y salió volando del dormitorio.

Draco, aún emocionado de pasar sus navidades con Harry, se encontraba tirado en su cama. De pronto, se percató de que la lechuza de Harry estaba tocando a la puerta del dormitorio. Él la abrió y la lechuza le entregó una carta, antes de salir volando por donde antes había entrado. La desenrolló y comenzó a leerla.

Querido Draquito,

Tengo una sorpresa muy especial para ti. Hoy, día 23 de diciembre, a las 20:00 en la sala de menesteres.

PD: No cenes nada antes de venir.

Con cariño: tú cararrajada favorito

H.P.

Draco no podía estar más feliz al saber que Harry le iba a preparar algo en la sala de menesteres. Sabía que aquel iba a ser un día inolvidable.

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Al final he tenido que hacer este capítulo para enlazar lo que quiero que pase... 🥲
Pero, ahora sí, preparaos para el próximo cap 🤭💞

Y perdón por tardar tanto otra vez 😞

¡Gracias, Buckbeak! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora