Orden 12 - El castigo de un novio celoso

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–¿Entonces cómo fue que resolviste la cuestión con Ranpo?

–Pues únicamente hablé con él y le expliqué que mis sentimientos no podrán corresponderle –Fukuzawa lo miró con cara de "no te creo"

–Supongo que entonces está al tanto de toda la situación ¿no lo comentará con nadie?

–Me ha jurado que lo dejará a nuestro albedrío

–No suena como algo que él haría, por qué tendría tantas consideraciones tras haber sido rechazado, y más aún siendo Ranpo de quien estamos hablando. Además él no me dirige la palabra, prácticamente manda a alguien a que pase sus mensajes y en la agencia ya casi no se le ve, excusándose con que tiene trabajo en otros lados por evitarme

–Bueno, es normal, yo también estoy evitando a Ranpo-san –se calló de golpe en cuanto lo dijo

–¿Y tú por qué lo evitas?

–Pues... por la pena de haber rechazado su declaración, obvio –nuevamente le puso mirada de "no te creo"

–En fin, espero que se le pase pronto el desenamoramiento, antes de que se le ocurra hablarlo con alguien

–Pues está en su derecho si quiere contarle a alguien de su corazón roto –dijo Dazai– pero no tiene el derecho de mencionar el tipo de relación que nosotros tenemos

–Tienes razón, vuelve al trabajo, nos reunimos más tarde

Dazai salió de la oficina, no sin antes darle al mayor un beso de despedida. Mientras Fukuzawa cavilaba sobre lo ocurrido días atrás. Habían pasado 10 días exactamente y Ranpo seguía siendo el mismo chico infantil pero algo había cambiado en su comportamiento. Fukuzawa lo veía como un hijo o algo parecido así que estaba realmente preocupado por el chico a quien había criado desde los quince. Además tenía el presentimiento de que Dazai no le había dicho toda la verdad, desde hace días actuaba como si estuviera escondiéndole algo, quizá nadie más lo notaría pero ahora que ambos se conocen tan bien, era inevitable pensar que algo andaba mal. Quería que el joven le contara la verdad, pero no quería forzarlo; quizá no era nada y él se estaba haciendo ideas tontas nada más. También quería que el detective de ojos verdes le devolviera el saludo y que se sentaran a hablar, quería entablar conversación y mostrarle a Ranpo cuánto le quería y que lo perdonase de paso.

Más tarde, antes de salir de la agencia para dirigirse al local Maidnimals encontró a Ranpo sentado en un banco, pero al parecer el menor no había notado su presencia, quiso acercarse a él y aprovechar la oportunidad que estaban a solas. Mientras se acercaba notó que el joven hacía un ademán muy extraño. En eso la doctora Yosano llegó con dos tazas de chocolate, una para ella y otra para el que consideraba su mejor amigo. Su oportunidad de acercarse se esfumó, quiso retirarse pero algo que escuchó no lo dejó irse.

–Sigues tocándote los labios –dijo la mujer pelinegra– ¿aún piensas en el beso que te dio Dazai? –Fukuzawa casi escupe un pulmón

–Sí... recibir un beso suyo es una de las mejores cosas que me han pasado –la mujer se compadecía su amigo con el corazón roto. Ella sabía a la perfección los sentimientos que Ranpo tenía por su compañero castaño, pero siempre le advirtió que por ese terreno no se metiera, e hizo lo contrario. Aunque la mujer no entendía del todo lo ocurrido, Ranpo le dijo que no podía decirle muchos detalles sobre su rechazo, así que se quedaría con la duda un tiempo– jamás creí que se compadecería de mí así, pero igual me ha hecho feliz jaja me siento como un desastre. A mi edad no debería sentirme así por un amor no correspondido

–En el amor no hay edades, aunque sí creo correcto que haya determinados rangos de edad permitidos entre las parejas. De todas formas aún estás en tus veintes quizá encuentres otro amor –no sabía qué decirle a su amigo

A las órdenes de mi amo - FukuzawaxDazaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora