Capítulo 5

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(Dos semanas después)

—¿Qué has puesto en este ejercicio?— Le pregunté a Teo señalándole el ejercicio que era con el bolígrafo.

—Esto— Y me enseñó su libreta, acto seguido, copié la respuesta porque yo no sabía cual era—, ¿cuando nos traen los cafés? Llevamos aquí un rato.

—No tengas prisa— Comenté mientras escribía—, ten en cuenta que hay bastante gente, Teo.

Estábamos en la cafetería donde trabajan Céline y Cameron, y hoy le tocaba turno. Teo y yo habíamos ido esa misma tarde a hacer deberes de la facultad.

La verdad es que durante esas dos semanas nuestra amistad se había consolidado bastante. Pero no solo con él, si no con todos, incluso con Cameron, aunque parezca que no nos soportamos, tampoco nos queda otra que soportarnos.

Por otra parte... con Lucas. Bueno, hablábamos de vez en cuando, tratábamos de no discutir, últimamente no estábamos mal del todo, o al menos eso quería creer.

—Un café para Bell— dijo Cameron poniendo un vaso delante mía con cuidado pasando su brazo por al lado de mi cabeza.

—Gracias— Musité amablemente.

—Y otro para Neo— Concluyó Cameron dejándole el vaso de café de manera un poco más brusca.

—Muy gracioso— Comentó Teo sin reírse.

—No te lo he dicho para que te rías— Le espetó Cameron a este secamente.

—Pues peor me lo pones.

—Uy, qué pena.

Antes de que pudieran seguir discutiendo, Céline le silbó a Cameron desde la barra porque necesitaba ayuda. Todos giramos la cabeza hacia ella y rogaba ayuda con los ojos.

Antes de retirarse Cameron miró fatal durante algunos Segundos a Teo y se fue a ayudar a Céline.

—¿Cómo puedes ser su amiga?— Me preguntó Teo señalándole—, si es insoportable.

—Es amigo de mis amigas— Empecé agarrando un bolígrafo de mi estuche—, con lo cual es mi amigo también, por muy insoportable que sea.

—Pues no lo entiendo— Negó con la cabeza mirando su libreta—, con lo buena chica que eres tú, y lo malo que es él.

—No es malo— Dije mirando a Cameron, el cual estaba ayudando a Céline a limpiar la cafetera—, solo un poco antipático a veces.

—Sí, a veces— Masculló—. Todo es tiempo es antipático.

—Bueno, deja de hablar de Cameron y concéntrate en el ejercicio.

—Sigo sin entender porque lo defiendes tanto.

—Bueno, Teo, deja ya el tema— Dije, no quería seguir hablando del tema teniendo tantos deberes que hacer, y ya eran las seis de la tarde—, concéntrate y olvídate ya de Cameron.

—Si insistes...

Al final nos pusimos a hacer deberes y en cuestión de dos horas ya los habíamos terminado todos. A las ocho de la tarde, Justo a la hora en la que cerraba el local, genial, podía volver con Céline a casa.

Ya no quedaba nadie en la cafetería, tan solo nosotros cuatro. Recogimos nuestras cosas para poder irnos a nuestras casas. Yo guardé las mías en mi bolso y él en su mochila. Me colgué el bolso en el hombro y nos levantamos de las sillas, mientras Céline y Cameron apagaban las luces.

—Mañana hablamos— Me dijo Teo antes de marcharse, y se despidió de mí dándome un beso en la mejilla.

—Mañana hablamos— Le repetí.

La chispa del odio || #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora