Capítulo 4

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El domingo transcurrió con tranquilidad, tanta que incluso se me hizo aburrido.

Cuando me desperté, ni Aaron ni Cameron estaban en el piso. He de decir que me levanté un poco tarde de la cama, pero bueno, tampoco pregunté por ellos. Me importaban bien poco, sobre todo Cameron.

Aunque, en el fondo, estaba un poco agradecida con él, (un poco, o más bien mucho), por haberme "ayudado" indirectamente anoche con lo de Lucas. Quien sabe lo que hubiese pasado si nadie hubiera bajado a ayudarme. Fue gracias a él por el que Aaron y Cloe bajaron a ver que pasaba. Eso se lo tenía que agradecer.

Sin embargo, a pesar de que me hubiera ayudado, no terminó muy bien la cosa porque me vi obligada a volver con mi ex...

En fin, cosas que prefiero no recordar.

La noche del domingo fue bastante tranquila también, en general, un día tranquilo. Me pasé el día planificándomela para mañana ir por primera vez a la universidad. Mentiría si dijera que no estaba nerviosa.

Sentada en el escritorio de mi habitación, mirando por la ventana, viendo la calle y los coches pasar, me di cuenta de lo mucho que había crecido, y no me había dado cuenta. Sentía como si todos estos años atrás de instituto, hubieran sido tan solo una mota de todo lo que me queda por recorrer.

Yo lo único que os puedo recomendar, es que si estáis en el instituto, en vuestro último año, o en el que sea, aprovechadlo al máximo, y disfrutarlo mucho, que aunque parezca que no, el tiempo pasa, y muy rápido.

Decidí que ya era hora de irme a la cama cuando empecé a bostezar muy seguidamente y me lloraban los ojos. Ya estaba lista para pasar al día siguiente y afrontar mi día.

A la mañana siguiente, me desperté y no se porque estaba MUY NERVIOSA, no sé el motivo por el cual por cualquier cosa me ponía tensa. Céline y Cloe también se estaban preparando, pero para ellas no era su primer día de universidad, para ellas era el primer día de otro año más de universidad, por lo que no estaban nerviosas.

Me puse un vestido de flores cortito y de manga larga. Era de una tela fina, justo para no pasar ni frío ni calor. Ya era octubre, y empezaba a notarse que el verano se había ido. De zapatos me puse unas botas marrones.

Fui al baño a peinarme, allí también estaba Céline maquillándose un poco.

—¿Te dejo el colorete?— Me preguntó Celine mirándome a través del espejo.

—¿Crees que me hace falta colorete?— Dije, señalándome mis pecosas y sonrosadas mejillas.

Céline se echó a reír y negó con la cabeza. Su risa también me hizo reír a mi.

—No, la verdad es que no te hace falta— Siguió riendo.

Sonreí, agarré el peine y concentrada mirándome al espejo, quise, o más bien intenté hacerme una coleta, pero mi pelo no colaboraba. Tras varios intentos y risas de Céline al verme intentar hacerme una coleta, deje el peine en su sitio y simplemente me deje el pelo suelto.

Genial, pelirroja y con un vestido de flores. Parecería ir disfrazada de Heidy, o algo así. Siempre he odiado mi pelo, mis pecas, el color de mis ojos, y todo en general.

En cualquier caso, hoy no era el día de preocuparse, quería dar buena impresión a la gente de la universidad. Iba a relacionarme con gente que tenía la misma vocación que yo, ¡que guay!

Fue cuestión de diez minutos que las tres salimos por la puerta del piso. Agarré mi bolso y me lo enganché al hombro. Céline, llevaba una mochila, negra, siempre o la mayoría de veces que salía, vestía de negro, supuse que era su color favorito, y Cloe... Cloe iba vestida sencilla, pero con esa sonrisa tan bonita que tenía nadie iba a fijarse en su outfit.

La chispa del odio || #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora