Capítulo 3: Entre Páginas y Emociones
Gabriel se rió suavemente, pero esta vez su mirada cambió. Sus ojos, más intensos, se posaron en ti con un brillo juguetón.
—Sí, tienes razón, pero me pregunto… —su tono se volvió un poco más coqueto—, es bueno saberlo, quiero decir...Sus palabras quedaron en el aire mientras su mirada parecía leer algo más profundo en ti.
—Estoy soltera por ahora —dijiste con un tono divertido, aunque sentiste tus mejillas arder al instante.
Gabriel sonrió, claramente intrigado por ese "por ahora". No perdió el ritmo.
—¿Qué significa eso? ¿Estás buscando a alguien? —preguntó con una sonrisa torcida, retándote con la mirada.Encogiste los hombros, fingiendo indiferencia, aunque tu corazón palpitaba con fuerza.
—No lo sé, tal vez mi alma gemela aparezca por ahí —respondiste entre risas.Él también rió, pero su sonrisa se volvió más traviesa.
—¿Y si ya la tienes frente a ti? —Su tono era juguetón, pero sus palabras llevaban un peso que no podías ignorar.La pregunta te tomó por sorpresa. Tragaste saliva, intentando mantener la compostura.
—Gabriel... ya estás con alguien más —le recordaste, esta vez con un tono más serio.Él desvió la mirada, y la chispa juguetona en su rostro se apagó por un momento.
—Lo sé... —murmuró, con un toque de tristeza en su voz—. Es complicado.Hubo un silencio incómodo entre ambos, hasta que Gabriel decidió cambiar el tema para aliviar la tensión.
—Uhm... Entonces, ¿qué planes tienes después de la graduación? —preguntó, rascándose la barbilla.Reflexionaste unos segundos antes de responder.
—Mis padres quieren que me una al restaurante familiar. No tengo mucho interés, pero parece que ese será mi camino. ¿Y tú?Gabriel se encogió de hombros, dejando escapar un suspiro.
—Mis padres solo quieren que haga algo, lo que sea. Pero no tengo idea de qué quiero hacer. Todo lo que pienso simplemente... no me veo haciéndolo.—Eso está bien. Ya lo descubrirás —le dijiste con una sonrisa alentadora.
Sin pensarlo, colocaste tu mano sobre la suya. Fue un gesto instintivo, impulsivo, pero lleno de significado. Tu corazón comenzó a latir con fuerza mientras te dabas cuenta de lo que habías hecho. Sentiste el calor de su piel contra la tuya, y, por un instante, parecía que el tiempo se detenía.
Gabriel no apartó su mano. De hecho, pareció relajarse bajo tu toque, como si fuera exactamente lo que necesitaba. Sin embargo, antes de que la incomodidad pudiera instalarse, retiraste tu mano lentamente.
Él volvió su atención a los apuntes, aunque su mente claramente seguía procesando lo que acababa de pasar. Después de unos minutos, guardó sus cosas en la mochila y se puso de pie.
—¿Puedo preguntarte algo más antes de irme? —dijo, mirándote directamente a los ojos.
—Claro.
—Es algo personal... pero, ¿soy tu tipo?
Te quedaste en silencio por unos segundos, sopesando tus palabras. Pero entonces, algo dentro de ti se soltó. Te levantaste de tu silla y te acercaste a él. Sin previo aviso, lo besaste.
La adrenalina recorrió tu cuerpo como un relámpago. Tu corazón latía desbocado, y aunque parte de ti se preguntaba en qué estabas pensando, otra parte se sentía completamente viva. Cuando te separaste, respiraste profundamente, tratando de controlar los nervios.
—¿Eso responde tu pregunta? —dijiste con un tono entre nervioso y desafiante.
Gabriel se quedó inmóvil por un momento, sorprendido. Pero pronto, una amplia sonrisa apareció en su rostro. Sus ojos brillaban con una mezcla de incredulidad y felicidad.
—S-sí... creo que es bastante claro que lo soy —respondió, aún sonrojado, pero con una confianza renovada.
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¡Gracias por su apoyo y nos vemos en el próximo capítulo!.
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Un Romance en Tres Puntos
RomantizmUn Romance en Tres Puntos Sinopsis A veces, la vida te obliga a enfrentarte a lo imposible: amar en silencio, desear lo prohibido y decidir entre el pasado y el presente. Desde el primer día de preparatoria, tus ojos se fijaron en Gabriel. Su risa c...