Prologo

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- ¿Ese es Bill Kaulitz? - pregunté mientras veía un delgado cuerpo cubierto de negro andando solitario por la calle. Bajé el volumen de la música rap del descapotable rojo y eché una mirada a Nat, quien se bajó las gafas de sol y me miró.

- Si tiene el cabello como si hubiera metido los dedos en un enchufe sí, ese
es el Kaulitz - dijo antes de volver a ponérselas a la vez que seguía tecleando su móvil. Le miré de nuevo y no pude evitar sentir cierta curiosidad al verle arrastrar los pies, caminando un poco extraño, así que aceleré un poco para acercarme a él.

- Eh, tío, ¿Qué coño haces? - me preguntó Georg desde atrás al ver mis claras intenciones de querer acercarme al pringado, al Kaulitz. Pero yo pasé de él y justo cuando estuvimos al lado frené repentinamente.

- ¿¡Qué coño te pasa!? - gritó mientras se agarraba del asiento delantero por el fuerte frenazo inesperado. Me reí al ver su cara de cabreo y vi que Bill se giraba
lentamente, mirándonos con una mirada extraña, confundido y, seguramente,
asustado.

Ese era Bill Kaulitz, el nerd del instituto, el solitario, el que tan solo tenía un amigo. Todo el mundo se aprovechaba de él para que le hiciera la tarea o le diera las respuestas de los exámenes. Siempre aprobaba con sobresalientes y, en consecuencia, formaba parte del club "pringados nerd" mientras nosotros formábamos parte de los que estaban en última fila del aula, a los que no les importaba suspender, los "populares".

Cuando le vi y supe que era un chico por sus inexistentes curvas, tetas y culo, sentí, junto un poco de asco que se me fue pasando al cabo del tiempo,
curiosidad. Muchísima curiosidad al ver que iba maquillado todos los días al
instituto como si fuera un evento realmente importante, además de ser un tío.

- Eh... Hola... - murmuró Bill subiéndose las gafas que caían por su nariz
mientras se ponía bien la mochila en el hombro, nervioso.

- Tío, vámonos - demandó Georg, pero yo bufé y pasé de él. A Georg no le gustaba relacionarse con la gente pringada del instituto, simplemente porque no nos lo teníamos permitido, queríamos
permanecer en el alto estatus del
instituto ya que teníamos muchísimas facilidades más.

- ¿Dónde está tu amigo? - pregunté. Siempre me había gustado observar a la gente, y sabía que el Kaulitz tenía un solo amigo, casi igual de nerd que él;
Gustav Schafer, el cual iba a la clase contigua a la nuestra.

- ¿Gustav? Bueno... Estaba enfermo y hoy tengo que ir solo a casa - dijo formal.

- ¿Quieres que te llevemos? - pregunté sin más, sin siquiera pensar en lo que
había salido de mi boca.

-Tom, ¿Qué coño te pasa, tío? Es Bill Kaulitz, el Kaulitz, el pringado - Georg se inclinó hacia el asiento de piloto donde yo estaba conduciendo y murmuró aquello en un tono de voz un poco alto, haciendo que seguramente Bill le hubiese escuchado también. Me giré para enfrentarle con la mirada y, al
verme, tan solo suspiró y volvió a ponerse bien en su asiento.

- Pírate, pringado. Tom, arranca- demandó ahora Nat con esos aires de
superioridad.

- Yo... - murmuró Bill alternando la mirada entre los cuatro, mordiéndose el
labio - Gracias, pero no hace falta. Me voy yo solo - me sonrió en forma de
agradecimiento y giró sobre sus talones, volviendo a retomar el camino, con
esos pasos lentos. Puse los ojos en blanco y aceleré tan solo un par de
metros para volver a frenar.

- Te he dicho que yo te llevo, he visto cómo andas y no me gustaría ir
andando con un tobillo probablemente dolorido. Si te digo algo nunca me digas que no, ¿Entendido? - dije mirándole mientras bajaba un poco el volumen del rap. Me incliné hacia delante y abrí la puerta del copiloto para que entrara.
Georg y Nat ya estaban más que indignados, así que no dijeron nada. Bill me miró y tragó saliva.

- Yo...

-Vamos - le incité moviendo la cabeza, y sin más él asintió dudoso y se adentró en el descapotable.

Esa fue la primera vez que tuve contacto con el Kaulitz, con Bill.

Lo que no sabía era lo que ese niño podía llegar a hacerme.

Lo que no sabía era que si ese día no le hubiera recogido con el coche, nada
de lo que pasó entre nosotros existiría.

Y ahora me encontraba con las rodillas hincadas en el asfalto, con lo único
que tenía de él entre mis manos; la carta que me dejó. Explicándome todo lo
que sucedió, todo lo que no fui capaz de ver. Empapándome por la lluvia
mientras mis huesos se calaban de frío, mirando al final de la carretera
durante largos minutos como un completo idiota.

Esperando que quizá volviera... Esperando ver cómo pasaba por mi lado y me dirigía una mirada que tan solo yo sabía descifrar. Esperando que cruzara los dedos, ese mensaje que hicimos entre los dos.

Esperando quizá a decirle todo lo que había callado este tiempo junto a él.

Pero sabía que no iba a suceder nada.

Le había perdido.

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¡Hola! Solo quiero aclarar que está historia no es mía, es de rubelangeltwc
Todos los créditos van hacia él, un hermoso fanfic como este tiene que volver a ser resubido.

Solo la estoy subiendo ya que la eliminaron de Wattpad, disfruten del fanfic tanto como yo, bye!

A Dos Bandas {Toll, Twc NR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora