Capitulo 2

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- ¿Por qué has venido? - me preguntó Bill cuando su madre, demasiado contenta
porque yo estuviera ahí, casi nos obligó a subir a su habitación para que me
la enseñara.

Subimos las escaleras y Bill abrió una de las puertas, la de su habitación. Por un momento pensé que su habitación sería como su estilo, negra y rara, ¿Dormiría en un ataúd? Había escuchado a gente que hacía eso y, viniendo de Bill, la verdad es que no me extrañaría.

Quizá su casa era normal simplemente por sus padres, y en su habitación estaba lo rarito de él. Pero cuando abrió la puerta, en vez de encontrarme con unas paredes negras, vi unas paredes de un azul cielo, y en lugar de un ataúd, una cama normal con sábanas blancas. Fruncí el ceño cuando me adentré allí y encontré todo tan... sumamente normal a como pensaba que iba a ser.

Su cuarto era sin duda grande, a la derecha estaba la cama muy bien hecha y al frente un escritorio demasiado bien organizado. Había varias estanterías
repletas de libros y el resto eran armarios demasiado grandes. ¿Cuánta ropa tendría para esos armarios enormes?

Vi que a la derecha, justo al lado de la cama, había una puerta semi abierta,
donde pude ver que había un baño.

- ¿Te ha mandado Georg aquí? - me preguntó de nuevo sacando el tema, le miré ahora a él mientras cerraba la puerta - Entendí perfectamente que quería la tarea todos los días, no hace falta que vengas.

- ¿Qué? No, no, he venido para darte esto - dije estirando el brazo y enseñándole la libreta, viendo que se reía en mi cara
-¿Qué? - pregunté.

- No soy tonto, Tom. Esa libreta me la dio Georg, no uses eso como excusa
porque ni siquiera es mía - me dijo sonriendo mientras se ponía un mechón tras la oreja y se subía las gafas.

Yo me quedé en silencio unos cortos
segundos, me había pillado por los huevos.

- ¿Y por qué hay cosas tuyas escritas? - pregunté sacando esa hoja con el
poema o canción escrito ahí. Bill abrió los ojos y cogió la hoja enseguida,
colocándola contra su pecho, já, como si no la hubiese leído ya - ¿Por qué escribes eso?

- ¿Entiendes inglés? - me preguntó sin contestar mi pregunta.

-Perfectamente - respondí. Suspiró y se giró, andando hacia su escritorio, dejando allí la hoja.

- Me gusta escribir, y para mejorar mi inglés pues lo hago en ese idioma -
contestó girándose para mirarme.

- Sacas sobresaliente en todo - recriminé.

- No todo se basa en eso - murmuró un poco decaído de repente. ¿Por qué decía eso? O, mejor dicho, ¿Por qué estaba manteniendo, en su puta casa, una
conversación con Bill Kaulitz sin sentirme tan pringado como él? Aquí parecía una persona normal, extraño, pero normal - Lo siento, pero tengo muchas cosas que hacer. Dile a Georg que haré la tarea, que no hace falta que te mande a tí para confirmarlo.

- Eh, yo no soy como él - contesté mientras se sentaba en la silla que estaba frente al escritorio, me miró y alzó las cejas.

- ¿Ah, no? ¿Y qué me lo confirma? Todos sois iguales, Tom. Siempre para ser
popular tienes que alimentarte de los que están por debajo, y lo siento
mucho, pero no voy a rebajarme más para que tú seas más popular. Estoy bien como estoy - me sonrió con un poco de amargura y se giró, dándome por completo la espalda.

-No me gusta alimentarme de los que están por debajo - dije.

- Cierra la puerta después de salir, por favor - ¿Enserio?

- Si he venido es para disculparme, imbécil. Me pareciste muy idiota cuando Georg casi te amenazó y tú solo le sonreíste como si nada.

- ¿Acaso tú hiciste algo para ayudarme? No, no vaya a ser que te rebajes
tanto como el más pringado del instituto - volvió a darme la cara mientras
jugaba con un lápiz - Te vuelto a repetir, ¿Por qué has venido si supuestamente Georg no te ha mandado?

A Dos Bandas {Toll, Twc NR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora