Capitulo 5

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Me miré una vez más en el espejo, quizá esta era la tercera o cuarta vez que
lo hacía, con la diferencia de que ahora estaba completamente vestido.

Vi por el reflejo del espejo la habitación y suspiré, observando todos los pantalones y camisetas que había sacado del armario desparramados en la cama y por el suelo, joder, luego tendría que recoger toda esa mierda.

Sin embargo, volví a concentrarme en mi silueta, y tiré un poco del paquete
hacia abajo ya que ese pantalón tan solo era un par de tallas más grandes que
la mía, cuando usualmente siempre llevaba ropas extremadamente grandes.

Se me marcaba el paquete, y supongo que eso le molaba a las tías, quizá debería usar ese conjunto más a menudo...

Me puse correctamente el cinturón y vi que se me marcaban los pectorales por
la camiseta, también ajustadita. Iba sexy, jodidamente sexy. Me sentía
orgulloso de mi cuerpo, pero nunca lo lucía al estar con esas ropas tan
anchas que a veces incluso me hacían ver gordo... Sí, desde luego a partir de
hoy utilizaré un poco más estas ropas, pero tan solo un poco, porque ese
rollo hip hopero me encantaba.

Miré a través de la ventana y pude ver que ya se estaba oscureciendo el día,
así que ya debería ir a buscar a Bill. Me puse colonia y, de nuevo, esa pregunta cruzó por mi mente.

¿Por qué había decidido ir así vestido?

Siempre tuve la respuesta delante de mí, ¿Por qué me costó tanto darme cuenta?

Escuché el sonido del móvil, el cual me hizo salir de mis pensamientos y
mirar hacia atrás, anduve hacia mi mesa de noche y cogí las llaves las cuales
me las metí en el pantalón y después agarré el móvil, viendo que era Bill
quien me había mandado el mensaje.

"Joder, la acosadora acaba de venir, voy a usar mis dotes de la interpretación, así que llega pronto."

Me reí por el mensaje y también me guardé el móvil en el bolsillo. Miré a mi
alrededor escrutando con la mirada toda la habitación, pensando en lo que quizá me faltaba llevar, pero al no ver nada, di un par de pasos y abrí la puerta, saliendo de ella.

Bajé las escaleras corriendo y, joder, para mi mala suerte me encontré con mi madre.

- Mamá, ya me voy - dije intentando esquivarla, pasando por su lado y
dirigiéndome a la puerta de salida.

- ¿Dónde vas tan arreglado? - me preguntó desde atrás con una voz suave.

-He quedado con Bill - era tan vago para inventarme una excusa que sin más
le dije la verdad para que me dejara un poco tranquilo. Vi que ella puso cara
de extrañeza y después sonrió
asintiendo, acercándose a mí y dejando un beso en mi mejilla.

- Que te vaya bien, cariño - me sonrió cálidamente como siempre y yo por fin
salí de casa. Anduve hacía mi precioso coche el cual dejé fuera y me metí en él.

Arranqué el descapotable y automáticamente pisé el acelerador, dirigiéndome hacía su casa con una pequeña sonrisa en los labios.

Supongo que Bill y yo podíamos considerarnos algo así como "amigos", ¿No? En el instituto los dos nos manteniamos al margen, hacía como que no le conocía de absolutamente nada, básicamente le trataba como el puesto que se había ganado allí.

Sorprendentemente estas últimas semanas, después de pasar demasiado tiempo con él, no volví a sentir ese pequeño asco o repugnancia. Bill era bueno, demasiado bueno, y eso me cabreaba mucho ya que se aprovechaban de él, además también era patoso, creo que Bill sin duda alguna era la persona que más veces se caía del mundo.

A Dos Bandas {Toll, Twc NR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora