Capitulo 10

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- Lo siento, tío - le dije a Georg una vez más, rascando con insistencia la parte interior del bolsillo del pantalón, donde estaba guardada la cajetilla de cigarrillos, deseando fumarme uno y sentir el sabor del tabaco agrio en mi
boca.

-Joder, llevas ya un puto mes sin venir a las fiestas que monta Reber cada fin de semana, ya te la has tirado una vez y se escuchan rumores de que quiere llevarte a la cama en la fiesta y no para dormir. Venga, tío, que es la tía que más buena está de todo el instituto - me guardé el suspiro y me apoyé contra las taquillas, desde el día que empecé a salir con Bill no volvía a juntarme frecuentemente con mi panda para irnos de fiesta, fumar y
beber, simplemente no me apetecía, prefería estar tranquilo por un puto
momento con Bill. Hablábamos de mierdas mientras él hacía la tarea, la cual seguía haciendo de Georg y ahora se le había sumado unos cuantos más de mi panda también. Él siempre me decía que no le importaba con una sonrisa, y lo único que se me pasaba por la mente cuando le escuchaba decir eso era una simple pregunta que seguía sin respuesta "¿Cómo puede ser tan bueno?"

- Hace un par de días salí con vosotros por ahí a fumar y beber. Además las
fiestas de Reber no me gustan, son aburridas y ya me la tiré una vez, paso de repetir plato. Además ya te he dicho que mis viejos el domingo... - todo eran
excusas, por supuesto que me encantaría ir a una fiesta de Reber, eran las mejores, y por supuesto que me encantaría volver a tirármela, pero me
encantaba mucho más, últimamente, estar con Bill.

-Tus viejos me tienen hasta la polla, los míos por culpa del pringado maricón casi no me han dejado salir de casa por la puta expulsión, llevo dos semanas expulsado y quiero emborracharme en alguna fiesta para descargar la puta ira de no ir a por el maricón de mierda y su amigo y molerle a golpes hasta dejarle inconsciente - esta era la primera semana que Georg volvía al instituto y el primer día, cuando vio a Bill, casi le explota la cabeza de lo rojo de ira que se puso. Yo tuve que controlarle un par de veces sin que se notara demasiado que estaba protegiendo a Bill, yo prácticamente era el jefe de la banda y Georg me hizo caso porque sabía las consecuencias que surgirían si no me lo hacía.

Dejé que siguiera hablando sin prestarle mucha atención, ni siquiera supe de qué estaba hablando, de chicas o de coches supuse, mientras sentía que en cualquier momento haría un agujero en el bolsillo de tanto rascar y apretar en busca de una vía de escape. Esa mañana no había saludado a Bill, o no
debidamente. Había cogido la manía de llegar siempre unos cuantos minutos
antes, cuando aún no había nadie dentro, para poder llevarle a alguna de las aulas que a alguno de los dos nos tocaba y besarle un momento para después soltar alguna que otra burrada, deseándole un buen día que le hacía sonreír, y así empezaba un nuevo y, gracias a eso, perfecto día.

Esta mañana no le había visto, así que mi vista divagó un par de veces por su
taquilla sin que Georg se enterará de que me sudaba la polla de lo que estuviera hablando, y justo un segundo antes de que sonara el timbre, vi su cabello negro como la noche junto al rubio pasar por los pasillos mientras hablaban alegremente, como siempre. Él se dio cuenta de mi mirada y se giró, conectando su mirada con la mía, para después continuar su camino. Se me
formó una pequeña sonrisa y saqué la mano del bolsillo justo cuando el timbre sonó, Georg y yo habíamos decidido no comer nada ese descanso, simplemente porque siempre alguno de los dos invitaba al otro a comer, pero esta vez
ninguno llevaba dinero, así que nos tuvimos que conformar con lo que Georg le robó a un chico de primer curso, yo ya estaba acostumbrado, así que no me
sentó del todo mal.

Nos despedimos y yo me fui a mi última clase de ese día, hoy hacían un evento, así que las clases terminaban una hora o dos antes, y eso lo agradecí eternamente.

La clase de historia, como siempre, pasó aburrida, pero esta vez la único
emoción que tuvo es que el profesor se había preparado la clase, así que nos puso un documental de la primera y segunda guerra mundial en la cual me
quedé gloriosamente dormido después de entretenerme sacando un trozo de celo que había pegado debajo de la mesa.

A Dos Bandas {Toll, Twc NR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora