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An Tróid
La boca se me seca. Ver cómo matan a un caballo en frente de mi cara me alerta, y más a mi caballo, quien ahora se está volviendo loco.
Trato de calmarlo, pero no sirve de nada, ya que me tira al piso en cuestión de segundos. Connor trata de correr hacia mí, pero siente el peligro, podrían matarme.
Solo veo como Connor trata de acercarse con cuidado al monstruo con el cuál nos encontramos, pero tengo demasiado miedo que le grito para que venga y salgamos corriendo.
Cuando una flecha lanzada por el enemigo cae cerca de mi, entiendo perfectamente que tengo que cerrar la boca. Nuestras vidas están en juego, y principalmente la mía. Me empiezo a replantear porqué quise hacer este viaje.
Los sonidos de los arbustos empiezan a ser más notables, y rápidamente un hombre de aspecto extraño sale de ahí. Es enano, anciano y parece un... Duende. Tiene la cabeza pequeña y una gran nariz, para no hablar de sus gigantes manos. Su gorra roja le cubre la cabeza y su vestido rojo que va a juego con el gorro le tapa su diminuto cuerpecito.
El duende empieza a gritar y decirnos cosas que no entendemos a la perfección, pues habla de una manera extraña.
Pero llego a entenderle una cosa:
—...¡Princesa Alanna!
Frunzo el ceño, pues dudo que me conozca. Y aunque sé que realmente mucha gente que me conoce no tengo idea de quien es, me sorprende que un duende sepa mi nombre y mi lugar en esta tierra.
De repente, más duendes empiezan a salir de su lugar, y aquel anciano salta hasta llegar a mí.
Me grita cosas y puedo reconocer que está furioso por algo que yo hice, parece tan molesto, que hasta yo empiezo a enojarme conmigo misma.
—¡Tú! ¡Tú!
Grita, y los demás duendes lo apoyan.
Miro a Connor con algo de confusión, intento preguntarle que qué está pasando, pero él está igual de confundido que yo.
—Tróid! Tróid!
—¿Qué...?—Susurro.
—Tróid! Tróid! Tróid!
—Podrías hablarme en español y yo entenderte, hombrecito.
Suelto de la nada.
Y el duende se enoja más.
Ah, ¿Me entendió?
Me levanto y empiezo a limpiarme la mugre que mi vestido tiene, ignorando a todos los demás que están a mi alrededor.
—Dios, mi vestido está horrible ahora. Muchas gracias, Tróid.
—Yo no me llamo Tróid—Dice el anciano y yo alzo las cejas, fingiendo estar sorprendida.
—Parece ser que sabes decir otras palabras.
—Sé hablar perfectamente el Español, espero que lo tengas muy claro.
—¿Qué quieres, Tróid?
—¡Que no me llamo así!—Dice pausadamente, pero sin ni siquiera un gramo de paciencia.
—Bien, cuando me digas tu nombre ahí veremos. Pero mientras tanto, trata de no alzarme la voz, hombrecito.
—Mi nombre es Cedrick, y espero que estés contenta de todo lo que nos hicieron pasar ustedes todos estos años.
Comparto miradas con Connor y vuelvo a mirar al pequeño Cedrick.
—¿Nosotros?—Me señalo a mí y al guerrero. Esto no tiene ningún sentido, y no entiendo nada.
—¡Si, ustedes!—Cedrick termina explotando—Los humanos—Dice con asco.
—No entiendo...
—¡Ay, por favor, querida! ¡¿Que no sabes que tu abuelo y hasta tu padre nos mantuvieron a todos nosotros en silencio por años?!
—Mira, si me lo explicas mejor y con calma podré entenderte más. Ahora, ¿Qué pasó?
Él se sienta y cruza sus piernas, baja su cabeza y luego reúne fuerzas para contarme lo siguiente.
Miro a mis costados, todos los duendes ya salieron de sus escondites, y ahora me miran con enojo y dolor.
—Hace años, todo era mejor. Las hadas y las brujas convivían felices, los duendes y los gigantes se llevaban increíblemente bien. Todos estábamos juntos y no había ni un solo problema, hasta a veces podíamos caminar entre los humanos... Y nadar con las criaturas marinas. Pero hace tiempo que se perdió esa magia, y ahora todos nosotros estamos atrapados en este bosque, peleando por la comida, o por quién manda más en este lugar.
—¿Entonces qué buscan? ¿Qué quieren de nosotros?
—Ustedes, los humanos, fueron los que arruinaron la armonía de este país. Así que estamos totalmente preparados para luchar contra ustedes, no se liberarán.
Proceso las palabras de Cedrick y me pongo a pensar. Este hombre y su grupito quiere pelear contra los hombres de mi padre, con el rey y la reina. Parece listo para matar caballos y niños que no tienen la menor culpa e idea de todo esto.
—Entonces... Estás listo para arruinar vidas, matar a miles de niños, jóvenes inocentes y hasta mujeres embarazadas... Todo esto porque quieres a Irlanda solo para tí ¿No?—Cedrick duda en asentir—Sabiendo que se puede llegar a tener un acuerdo sin tener que matar a ninguna persona ni a miles de duendes, porque supongo que estás preparado también para ver a tu familia sufrir, ¿O no?—Él no responde, así que sigo hablando— ...Bueno, yo te recuerdo, es difícil pelear contra alguien que es mucho más grande que tú, tiene más armas y ventajas.
—Yo solo...
—Cedrick—El duende cierra la boca y los demás dan un paso atrás—Está claro, nosotros podemos destrozarlos, arruinarlos, y hasta extinguirlos. Tenemos poder para hacerlo, tenemos fuerza, y todo lo que queremos para defender lo que es nuestro. ¿Sigues queriendo armar una guerra contra el rey de Irlanda?
—Princesa...
—Te propongo una cosa.
—¿Si, princesa Alanna?
—Bueno, La Divina de Las Aguas también estuvo hablando conmigo, me contó que hace unos años hay una nueva especie de criaturas malignas bajo el agua, y que necesitan mi ayuda para derrotarlas. Ahora, podríamos juntarnos para lidiar con esta situación y volver a ser un mundo mejor, con más seguridad y, todas las especies estaremos en armonía nuevamente, ¿Te parece bien?
Cedrick pide la aprobación de sus compañeros con solo la mirada y aquellos deciden rápidamente ponerse de mi lado.
—Está bien, señorita. Le pido disculpas por su caballo y por todo este desastre.
—Tranquilo pero... Los caballos, es verdad. Necesito ir a la casa de mi prima, ¿Dónde la puedo encontrar? Estuvimos buscando desde hace rato y...
—¿Cómo se llama su prima?
Me interrumpe y frunce el ceño. Parece medio confundido.
—Sabrina—Digo y miro a mi alrededor. Todos los duendes aprietan los labios, con miedo a soltar lo que sus lenguas quieren largar—¿Por qué? ¿Pasa algo?
—Bueno, hace años que no se sabe nada de ella, así que...—Agacha la cabeza y niega—Todos pensamos lo mismo, señorita. La princesa Sabrina lamentablemente, está muerta.
NOTA:
HELLOOOOOO!!! Cómo están??? Bueno, espero les guste este capitulo, y si, ya sé que ya maté a un par de personas y a un caballo, pero ya verán, ya verán...
Que opinan de Cedrick (Cogadh) y sus hombrecitos ??? 🙀🙀🙀
Comenten y denle estrellitas ⭐ !!!
LOS QUIEROOO, chauuu 💘💘💘
ESTÁS LEYENDO
La realeza en un mundo de fantasía
Teen FictionUn libro que te cuenta acerca de la historia familiar de los reyes y la princesa, la maravillosa cultura celta y el romance precioso de dos personas distintas.