Capítulo 13

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Error, error, error.

—¿Qué?—Siento como mi corazón empieza a hacerse más chiquito y mi estómago se revuelve al escuchar esas palabras salir de la boca de aquel duende—Eso... Eso es mentira. ¿Por qué lo estaría?

—Princesa, no sabemos la razón de su muerte, más todos sabemos que su prima hace varios años falleció.

—¿Hace cuántos?

Cedrick mira a sus compañeros, recordando la fecha en la que recibió la noticia.

—Creo que hace tres o cuatro años, más o menos...

Connor se acerca a mí, esta vez con más confianza, y me pone una mano en mi hombro. Yo, intentando parecer  fuerte, me aparto de él, pero no puedo ocultar la tristeza y los ojos se me llenan de lágrimas confundidas. Así que sin saber si la verdad fue a mí o no, me agarro fuerte del guerrero, sin tener la menor idea de lo que pasó realmente con mi prima.

—Es imposible... ¡Yo estaba ahí con ella en ese momento!—Los brazos de Connor cubren mi espalda.

—Bueno, señorita... No sabemos si es verdad o no, fue la noticia que nos dieron. Si usted quiere puede averiguar, seguro que encuentra algo.

Me aparto un poco del soldado y miro a Cedrick. Quizás mi alegría es notable ya que él sonríe con ganas, pero con un poco de pena.

—¿Tú crees?—Me limpio las lágrimas—¿Crees que puedo conseguir información?

Él balbucea algo y después dice—Claro, princesa. Usted puede conseguir lo que quiera, sí...

—Alanna...

Escucho la voz varonil de Connor. La sensación extraña de tenerlo tan cerca hace que me aleje un poco más de él.

Connor saca algo de su bolsillo y en seguida recuerdo las palabras de Meredith, La Divina de Las Aguas:

Necesitas creer en tí, y salir al mundo.

—Necesitas creer en tí, y salir al mundo—Dice él y después yo digo:

—No te conozco de nada, pero aún así, creo en tí. Por eso te pido que me ayudes.

Connor sonríe y me abraza, aunque después se da cuenta de lo que hizo y se queda helado, esperando mi reacción, la cual es aceptar su abrazo y susurrarle al oído:

—Conny, Conny...—Y sonrío, a propósito. Él se aleja y me mira un poco espantado, pero aún así vuelve a mí.

—Eres la princesa más extraña que conocí en mi vida.

—¿Qué...? ¿Conoces otras?—Digo seriamente y luego estallo en risas.

—Claro que sí, y las enamoro.

Entonces se aleja de mí, yendo a buscar su cuchilla, y antes de irse por completo, noto como me guiña el ojo, haciéndome sonreír por los nervios.

—Que atrevido resultó ser este chico...—Susurra Cedrick y niega con la cabeza mientras hace esos cortitos ruidos de ardilla.

—No digas nada, mejor cállate—Le aconsejo y él se ríe—¿Qué?

—No, nada, princesa—Levanta las manos, pero su sonrisa lo sigue delatando—Nada.

Ruedo los ojos y me doy vuelta para subirme a mi caballo, quién no se encuentra por ningún lado.

—¡Ugh! No puede ser...

—¿Qué sucede, Alanna?—Habla Connor.

—Nada, nada—Le hago un gesto con la mano para decirle que no es nada importante pero en seguida me volteo y miro a todos los que están a mis costados—¿Alguien de aquí tiene un caballo? ¿Nadie...?

La realeza en un mundo de fantasíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora