dieciséis

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—¿Exactamente qué hacemos aquí? — preguntó Menma, al ver el lugar en donde se encontraban junto con Naruto

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—¿Exactamente qué hacemos aquí? — preguntó Menma, al ver el lugar en donde se encontraban junto con Naruto.

—Fingir divertirnos mientras su padre se va al Spa junto con Gaara— respondió, Sarada soltó una risita y negó lentamente.

Ella dijo. —¿Por qué fingir divertirnos? ¿Papá sabe que nos trajiste a este lugar? Mi piel es sensible al sol.

Naruto lo miró, mientras cargaba la bolsa en la que tenían los palos de golf. La pequeña niña lo miró con una ceja alzada, esperando su respuesta.

—¿Sensible al sol? ¿Y qué se supone que haces en Hawái?— inquirió.

—Bueno, estoy haciendo una excepción— respondió la niña.

Naruto no supo cómo responder a eso, así que simplemente ignoró sus palabras. La verdad es que detrás de todo eso, a parte de que quería salir con ellos un momento, también sentía cierta curiosidad por lo que ambos niños le habían dicho la noche anterior. Sí, siempre fue un alfa curioso y sabía cómo manejarlo, pero justo ahora todo se le estaba complicando un poco, puesto que nunca había cruzado por su mente la idea de tener algo con Sasuke Uchiha.

Es decir, por mucho que admirara al omega, quien estaba felizmente divorciado y cuidaba sin problema alguno de sus dos hijos, nunca había llegado a sentir algo por él.

Incluso a pesar de que estuvieran juntos casi las 24 horas al día. Siempre había visto a Sasuke como un amigo, el chico era gentil y rudo, porque sí, parecía nada cuando en realidad el omega siempre se mostraba más fuerte que cualquier otro alfa.

Tal vez siempre había sido así, y eso era lo que Naruto admiraba de él.

Porque claro, haberlo admirado desde la escuela y a escondidas no significaba nada. Tampoco que muchas de las veces sus manos picaban por amasar las mejillas del menor, ni siquiera que siempre se encontraba a sí mismo mirando sus labios.

No, no significaba nada.

—Muy bien, ambos por favor, finjan que están teniendo el mejor día de su vida con su padre.

—¿Con nuestro verdadero padre? — cuestionó Menma. El rubio suspiró y negó lentamente —. Porque si fuera así, definitivamente estaría más confundido que feliz.

El niño respondió, mientras se acercaba cautelosamente hasta Naruto, quien había abierto sus brazos para ambos chicos. Poco tiempo después, los tres se encontraban tomándose fotos juntos, sonriendo hasta que sus mejillas dolieron y hasta que uno de los niños ya no pudo resistir más.

—Esto es estúpido— exclamó Sarada. —Ya rodamos por el césped y saltamos en el aire, además de que fingimos que Menma fue apuñalado en el trasero por una de esas varillas. ¿Podemos ahora sí hacer algo divertido?

—Sarada tiene razón. Hagamos algo divertido.

—¿Qué es diversión para ustedes?— preguntó con cierta duda.

—¡Oh! ¡Oh! — Menma alzó las manos al aire. —Una vez prendimos fuego al papel higiénico y lo hicimos rodar por las escaleras, fue divertido.

Naruto sonrió. —No haremos algo así, Sasuke sería capaz de apuñalarme a mí con esta varilla, y será de verdad.

Los dos niños soltaron unas risitas, el mayor pareció pensarlo durante varios minutos, hasta que finalmente se decidió por algo.

—Que dicen si le enseñamos a nadar a Menma en la piscina del hotel.

—¡Sí! Por favor, tú si cumplirías tus promesas, no como lo hace papá. — el menor rodó los ojos.

Y Naruto olvidó por completo que Kiba también estaba en aquel hotel.

Por otro lado, Sasuke no estaba concentrado en lo más mínimo sobre lo que pasaba a su alrededor. Porque toda su mente y alma estaban completamente perdidas en lo bien que se sentía estar recibiendo un masaje.

No sabía cuándo fue la última vez que pudo librar su cuerpo de tanta tensión. Hace muchos meses que venía concentrándose solamente en su trabajo y en los niños.
Después de todo, haber salido con Gaara para distraerse un momento no había sido mala idea.

Justo en ese momento, la voz del pelirrojo lo sacó de sus pensamientos.

—Sasuke, ¿puedo preguntarte algo? — habló el omega.

—Mmm, dime.

—El cumpleaños de Naruto es en un mes, pero yo no estoy completamente seguro sobre qué comprarle — dijo —. Así que pensé en pedirte ayuda sobre su regalo, puesto que lo conoces mucho mejor que yo.

—Mmmm… pues realmente no sabría decirte con exactitud— lo pensó durante varios minutos, mientras sentía sus músculos ser masajeados —, pero si quieres sorprenderlo de verdad, cómprale un peluche de un zorro, suena muy tonto lo sé. Pero a él le gustan mucho los zorros, recuerdo que siempre decía que no importaba los años que tuviera, los zorros siempre serían su favorito— escuchó a Gaara soltar una risita y continuó —, a él le gustan muchas cosas; le gusta caminar por el Lago YoAn en las tardes, siempre acude a ese lugar por cualquier cosa. También le gusta pintar, no muchos lo saben, pero lo entretiene y le gusta despejar su mente con la pintura, a pesar de que pasé muchas horas haciendo los mismos garabatos.

» Tiende a jugar videojuegos todo el tiempo, o al menos cuando tiene el día libre. Mmmm si lo invitas a comer o le regalas comida, será mejor que le lleves ramen o lo lleves a ichiraku, Naruto ama el ramen como no tienes idea. Le gustan los sándwiches, son más fáciles pero solamente los de mantequilla de maní y jalea, pero siempre agrégale más jalea que mantequilla, una vez los preparé así y resultó que le gustó mucho. Si sales con él durante la noche, no te pongas mucho perfume; pues eso irrita su nariz muchas de las veces.

—… realmente sabes mucho sobre Naruto— Gaara exclamó, completamente admirado de todo lo que había dicho.

El pelinegro dejó de hablar en cuanto escuchó al omega decir aquello, asintió, a pesar de que Gaara no pudiera verlo.

—Si… es que… lo conozco desde hace muchos años— dijo con sinceridad, después de unos segundos, se cuestionó sobre eso. Llevaba conociendo a Naruto desde la universidad, desde que eran unos adolescentes de 18 años, lo vio con su primera pareja y poco después se volvieron compañeros de trabajo.

Y todo lo que Sasuke había dicho no era mentira.

Porque había pasado tanto tiempo a lado de Naruto, que conocía perfectamente todas y cada una de las cosas que el mayor prefería. Sus gustos, sus miedos, sabía cómo era Naruto cuando estaba enojado, cuando estaba triste y feliz.

Conocía muchas cosas de él que ni él mismo creía que sabría.

¿Pero qué podía hacer? Sasuke sabía que ese sentimiento en su pecho solamente podía quedarse oculto, sin salida. Porque no estaba dispuesto en quitarle la felicidad a Naruto, Gaara lo hacía feliz y eso era notable.

Además, él tenía a sus dos hijos.

No necesitaba de nadie más.

Pero, si estaba muy convencido de eso, ¿por qué sus sentimientos hacia Naruto seguían creciendo cada vez más?

Pero, si estaba muy convencido de eso, ¿por qué sus sentimientos hacia Naruto seguían creciendo cada vez más?

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¡No es mi alfa! - narusasu adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora