Los días fueron pasando en Hogwarts y de momento nada fuera de lo normal había ocurrido. Mi padre seguía escribiéndome a diario para asegurarse de que todo iba bien. Casi nos habíamos olvidado de lo ocurrido con Dobby. En Slytherin las cosas estaban muy tranquilas. Los primeros años habían formado sus dos grupos pero, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado, simplemente se ignoraban entre ellos. No había conflictos ni peleas. Los años mayores tampoco se metían con los nuevos mestizos, ni conmigo. Ni siquiera Parkinson nos ha molestado, aunque sí que ha habido algunas malas miradas, especialmente hacia mí.
Comparándolo con el año anterior, está siendo muy normal. Seguimos juntándonos en nuestra sala por las tardes y como de momento tenemos pocos deberes, jugamos a diferentes juegos o simplemente hablamos. Los tejones y las águilas han vuelto a venir. Parece que Justin está algo fascinado con Harry, y también con Lockhart, de quien no deja de cantar sus alabanzas.
Algunos días después de cenar me voy a la sala de los gemelos. He empezado el libro que me dio Daphne y no entiendo por qué no hay una clase de cómo funciona la política mágica para los que no se han criado sabiéndolo. Es cierto que tenemos historia, pero con Binns... bueno, no podemos decir que sea muy informativo. Parece ser que el Wizengamot es el encargado de aprobar las leyes, y sus sitios se consiguen por herencia mágica. Cuando una familia se extingue su asiento desaparece, pero hay veces que se quedan vacío, lo que quiere decir que existe uno o varios candidatos para reclamarlo, pero ninguno lo ha hecho.
Otros días los gemelos se unen a mí y creamos nuevas bromas. La verdad que es son muy inteligentes. Admiro su dedicación y que tengan tan claro lo que quieren.
Cuando llego el sábado al Gran Comedor por la mañana me fijo en que Hermione y Ron están en la mesa de los leones, pero Harry no. Me acerco a su mesa al terminar de desayuna, y descubro que tenía entrenamiento. Unto un par de tostadas y las pongo en una servilleta. Me dirijo a la cabaña de Hagrid, ya que habíamos quedado en visitar al guardabosques, por lo que decido esperar allí a mis amigos. No me importaría ir a ver a Harry entrenar, pero no creo que a su equipo le hiciera mucha gracia y, en parte, lo comprendo, ya que soy de otra casa.
Hagrid abre la puerta y me deja entrar, muy contento por verme. Me pregunta por el verano y yo le cuento un poco. Al cabo de un rato llaman a la puerta y entran Harry, Ron y Hermione con el pelirrojo escupiendo babosas.
- ¿Qué ha ocurrido? - pregunto mientras Hagrid acerca un cubo a Ron.
- Intentó hechizar a Malfoy - explica Harry, agradeciéndome por las tostadas con la mirada - pero lanzó un escudo y el conjuro rebotó.
- ¿Y qué hizo Dr-Malfoy? - corrijo en el último momento. Nadie fuera de mis amigos más cercanos de mi casa sabe que me llevo bien con el rubio.
Me explican que Draco ha conseguido el puesto de buscador en el equipo de Quidditch de Slytherin. Su padre ha comprado escobas nuevas de último modelo para todo el equipo. Pongo los ojos en blanco ante la actitud de Malfoy padre, aunque me da pena Draco, por lo que dijo en verano, él quería ser cazador. Me cuentan el problema por el campo y el insulto a Hermione. Ron explica lo que significa a la chica y a Harry, que nunca habían oído la palabra.
- ¿Tú sí lo sabías? - me pregunta Ron antes de escupir otra babosa.
- Ron, estoy en slytherin y mi padre es muggle - respondo - si me dieran un knut por cada vez que me han insultado respecto a mi sangre sería rica -
- Eso - empieza a hablar el pelirrojo - es horrible.
Me encojo de hombros ante las miradas de todos. Ron especialmente me mira con ojos de disculpa, imagino que por sus prejuicios hacia mí a principio del curso pasado.
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Dalia Walker, Princesa de Slytherin
FanficDalia comienza el segundo año en Hogwarts, y parece que la casa Slytherin va a estar en la mira este curso. ________ Todos los personajes, lugares y criaturas de los libros de Harry Potter pertenecen a J. K. Rowling. Yo solo los tomé prestados