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¿Dónde estabas, Wonyoung? —pregunta Sunoo al ver a su hermana.

Muy desde mañana fue a verla a su habitación, pero no estaba.

No fuiste al albergue, nuestra madre te estaba esperando.

—Estaba de paseo. Tenía ganas de tomar un poco de aire fresco —responde despreocupada mientras se acomoda en el gran sofá — ¿Esta mal eso?

—¿Piensas engañarme, Wonyoung? ¿Que estás escondiendo? —no responde — ¿Tienes un amante secreto o que?

—Asi es Sunoo — responde ya harta de las preguntas de su hermano.

¿Quien es el?

—Es alguien... No es de tu incumbencia.

—No se te ocurra hacer algo que pueda deshonrarnos, Wonyoung. —Sunoo era... Con la idea o más bien, con la obediencia a su madre de cuidar todo lo que hacía y evitar meterse en problemas o escándalos que deshomren a la familia.

Eso jamás —responde con una sonrisa — Mejor esperaré a que tú escojas con quién casarme, algún ministro que sea de tu agrado: para que seas feliz y yo desgraciada. Tal como tú.

Sunoo se queda en silencio... ¿Desde cuándo Wonyoung le hablaba de esa forma? No dice más, y solo sale de la habitación. No tenía intención de seguir escuchando a su hermana.

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Wonyoung definitivamente estaba actuando extraño ¿La razón? Bien, digamos que mientras caminaba por el jardín, vio a Sunghoon hablando con una de las doncellas de la Reina y eso la molesto. La molesto mucho.

Por eso ahora va a hablar con él.

—En lugar de seguir preguntándomelo... Quiero preguntartelo a ti. Debe haber una razón para lo que vi hoy ¿Que está pasando con Jihyo?

—¿Quiere que se lo explique, princesa?

—Yo nunca he dudado de ti, Sunghoon. Se que no harías nada malo, pero, creo que... Verte con una mujer, sobre todo viuda como Jihyo, podría ser mal visto.

Sunghoon se mantiene cerio. En verdad no saben, no saben cuánto tenía que aguantar y controlarse para no decir algo que pudiera causar su muerte.

Princesa, disculpeme pero... Tampoco es apropiado que me encuentre a solas con una princesa, sobre todo si es soltera.

El rostro de Wonyoung cambia completamente de uno molesto a uno sonriente. —Entonces cásate conmigo.

—Princesa yo-

—Escucha, si voy a casarme con alguien, ese hombre solo serás tú Sunghoon. Nunca... Sería capaz de estar con alguien más. Es difícil, lo se, pero estoy lista. Se que muchos se pondrán, pero con el tiempo, lo van a entender.

Aún con una sonrisa, toma la mano de Sunghoon —Y podremos estar juntos. Nadie podrá separarnos.

—Princesa-

—Solo piénsalo, hablaremos luego.

Sonríe una ves más y se dispone a irse dejando a Sunghoon con las palabras en la boca.

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No hay noticias de nada hoy, está muy tranquilo hoy —comenta Sunoo mientras bebe de su taza de té

¿De quién desea saber, mi príncipe? Si lo desea, puedo averiguar. —le responde Liz, su fiel doncella.

Pero en eso la puerta de su habitación se abre, y con ello, entra otra de las doncellas de Sunoo.— Príncipe, le han enviado esto— extiende su mano mostrando una carta.

¿Quién la envía? —Cuestiona sin mucho interés mientras la abre.

Sunghoon.

Sus manos se detienen un segundo, pero después una sonrisa aparece en sus labios y continúa abriéndola.

"Mi príncipe, hoy se alejo de mí en el jardín Real, si crucé mis límites y lo entristecí, perdoneme, no pude controlar mis sentimientos. Pero si estos son solo de mi parte, guardaré silencio y ni siquiera lo miraré a los ojos otra vez.

Pero si hay solo una oportunidad, lo esperaré en la entrada del establo mañana en la tarde."

Le es inevitable el sonreír, una tonta sonrisa aparece en sus labios, se pone de pie y de inmediato acerca la carta al fuego, desapareciendo algún rastro de ella.

Para el día siguiente, Sunoo se encontraba muy inquieto. Por una parte, el quería ir, quería correr a los brazos de Sunghoon. Pero por otra parte estaba su madre.

Si esto llegara a sus oídos, no solo el sería castigado, Sunghoon también lo sería y tal ves con un castigo pero que el de ella.

El siempre fue aquella persona obediente que, siempre escuchaba todo lo que su madre ordenaba. Pero...

¿Y si por primera ves no lo hace?

Finalmente decidido, sale de su habitación y próximamente se encuentra caminando en dirección del establo. Al llegar, Sunghoon ya se encuentra allí.

Principe —una muy grande sonrisa adorna los labios de Sunghoon al ver como este se acerca a dónde él.  —Me alegro que viniera.

—Quiero que sepas que no vine por mi, Sunghoon. Pero aquí estoy... —aun intentando mantenerse serio, aquel pequeño rastro de una sonrisa esta— Dime que es lo que querías decirme, debo regresar pronto.

—Está aquí conmigo. Eso es suficiente mi príncipe.

Finalmente la sonrisa sale completamente y sus ojitos brillan de felicidad.

No sé cuando ocurrió que me perdí en sus ojos, cuándo plantó su semilla en mi corazón. Cuando logró entrar en corazón. Cuando fue que caí en su hechizo... No lo sé.

—Esas son... Palabras muy peligrosas. Esos sentimientos... Pueden ahogarnos a los dos, nunca debiste decirme lo que sientes —Mentira, si él no se lo habría dicho, su corazons ehuiria sufriendo — La felicidad... Solo es un sueño para mí.

—Incluso en sueños es hermoso. Solo espero... Que este sueño, se convierta un día en realidad.

Sunoo baja su rostro ya con una sonrisa en sus labios, una última mirada a Sunghoon y se da la vuelta para irse. No necesita decir nada, solo su mirada vasta para decir... Que el también es portador de esos peligrosos sentimientos.

Lack of luck, right? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora