Tras una semana del exterminio todo se había tranquilizado, lograron reconstruir el hotel gracias a Lucifer y con la eliminación tan humillante del líder de la legión de exterminadores Adan, el infierno estaria en paz por un buen tiempo, o eso creía...
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El angel estaba sentado a un lado de la azabache, acaricio levemente su mejilla y sonrio, llevaba una semana en ese estado, pero gracias a su rapida recuperación y a un poco de poder celestial estaba mucho mejor, se recrimino a si mismo por no haber aprendido mas de las sanadoras, simplemente penso que esa habilidad seria inútil....se sentía ridículo, el gran Adan, el primer hombre al que no le importaba nada mas que el mismo, estaba preocupado por una simple demonio, este maldito lugar lo había ablandado, suspiro pesadamente y se puso de pié, necesitaba un baño, antes de salir de la habitación le dio una última mirada a la chica y sonrio no era tan malo después de todo...
La joven azabache abrió sus ojos con pesades, puso su mano en su rostro cubriéndose de la luz y proceso unos minutos su citación, ¡carajo, estuvo a nada de morir! Como es que seguia vida... con sumo cuidado se sentó al borde de la cama, se sentía hambrienta, su garganta estaba seca y le dolía todo el puto cuerpo, se analizo a si misma y noto que traia solamente una bata blanca, al alzar la prenda observo su abdomen y vio las bendas, eran nuevas ¿ese cabeza de pájaro lo habia echo? ¡Encerio!, soltó una pequeña risa al imaginarse eso, no era tan inútil después de todo, trato de pararse más fue imposible, por lo que tuvo que apoyarse con la pared, tenía que acearse, se sentía echa un asco, con calma se dirigio al baño y lo abrió sin pensar, grave error
—¡¡PUTAMADRE QUE ES ESO!!— grito la demonio quien se cubrió los ojos casi cayendo al suelo, de no haber sido por Adan, quien con gran velocidad la tono entre sus brazos
—¡Carajo que mierda te ocurre perra engreida, pudiste haberte lastimado!— El la cargo y la sentó en la tasa del baño, en cambio ella simplemente maldecía en voz baja mientras seguía cubriendo sus ojos, el castaño estaba extrañado, pero después comprendió, estaba desnudo
—¡po...po...po...porque diablos estas sin ropa!—
—¡No me jodas, me estoy dando un baño!... mejor dime que haces parada, ¡necesitas estar reposando!— el ángel cubrió sus partes íntimas con sus alas, para después acariciar el cabello de la chica— ya puedes mirar, tonta
Poco apoco abrió sus ojos, pero no estaba preparada para lo que estaba frente suyo, su inquilino se veía sumamente atractivo, su cabello humedo aun goteando, su dorso descubierto, su barbilla muy bien definida era todo un deleite, cruzo sus piernas avergonzada mientras su rostro se volvía cada vez más rojo
—Tenía planeado ducharme—susurro, a lo que el ángel solamente puso los ojos en blanco y la cargo hasta la regadera, lo cual sorprendió a la menor, la sentó en una cubeta que estaba cerca y se alejo en busca de una toalla para amarrarla a su sintura
— Yo te ayudare, en ese estado simplemente no sirves para nada, tus heridas estarán todas curadas, pero el dolor y la debilidad siguen ahí
—¡Que! ¡estas imbécil si cres que voy a permitir eso!
—No tienes otra opción, nisiquiera puedes ponerte en pie, ademas, ya te vi todo cuando te cambie las bendas... ahora desvistete— estaba sonrojado, mas sabia disimular sus emociones, este se agacho a su altura y puso su mano frente suyo, de el emano una luz cálida y reconfortante, era magia celestial, su poder de curación era patético, pero le ayudaría a recuperarse poco a poco... la demonio trato de quitarse la ropa, pero el dolor no permitió que poder mover sus brazos, aunque la extraña luz calmaba un poco ese dolor, no era suficiente— Joder que molesta, sube los brazos
