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Escucharlo gemir era exquisito.
Que gritara su nombre al venirse era casi celestial.
Que lo apretara fuertemente cada que le daba directo en su punto dulce era delicioso.
Pero que le suplicara para que anudara era mortal.

Se incrustaba con fuerza en ese trasero esbelto que tenía las marcas de sus mordidas y sus uñas, ver esa entrada escurrir lubricante mezclado con su semen solo lo hacía gruñir. Le mordió la espalda para escucharlo jadear y lo vio retorcerse doblando su espalda en un bonito arco cuando le daba en su punto de gloria.

—Mexi... A... Anu... Da... Anúdame

México se detenía y salía por completo mientras respiraba pesadamente y USA sollozaba insatisfecho. Le daba vuelta sin cuidado para mirarlo a la cara y verlo temblar entre jadeos. La saliva se le escurría por la comisura, sus ojos llorosos, su piel rosada y los cabellos pegados a la frente por el sudor.

Era el Omega más hermoso que había visto. Siempre lo fue.
Y ahora era suyo.

—Así es mejor —jadeó
—Mexi... Por... favor

El latino se quitó la camiseta, lo único que se había dejado entre el apuro de hacerle el amor a ese hombre que lo había tenido mal desde hace tantos años. Lo escuchó gemir y se sintió muy halagado.

—Te dolerá
—Hazlo

Lo penetró con fuerza y lo escuchó gritar por más. Sintió esas piernas rodearle la cadera y temblar en la nueva embestida. Lo vio agarrarse de las sábanas y lo besó antes de acelerar sus embates y dejar que su alfa tomara el control del acto.
Se dejó llevar por el placer.

—Ah... Dios... Es...
—USA... Te haré un queso

No le dió tiempo de responder antes de embestirlo con rapidez y fuerza. Le mordió el cuello y sintió su espalda ser rasguñada. Se dejó llevar hasta que su nudo empezó a hincharse.

—Mexi!

Anudó y eyaculó con tanto gusto que lanzó un gemido gutural junto al oído derecho de USA. Lo escuchó jadear y soltar un quejido dolido mientras se aferraba en un abrazo necesitado.
Temblaron largo rato, aferrados el uno del otro, respirando sin ritmo y deleitándose con el placer propio y la sensación enviada por su vínculo. USA volvió a correrse por el placer de sentirse lleno y México se dejó caer sobre el cuerpo del Omega para disfrutar de todo.

Se quedaron así un rato hasta que USA empezó a acariciar los cabellos del latino con tanto amor que México tuvo que elevar su mirada y verificar que no estaba soñando. No dijeron nada, pero buscaron sus labios para un beso lento y amable.

Se amaron entre caricias hasta que el nudo bajó y se abrazaron para descansar un poco antes de seguir disfrutando del resto de ese celo compartido.

Ternura cruel [USA x All]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora