Ternura cruel [USA x All]

59.

Se ducharon en silencio, casi sin mirarse, pero siendo gentiles uno con el otro, ayudándose a limpiar los rastros de evidencia que dejó ese calor.
Llenaron la tina con agua caliente para relajar sus cuerpos. Se quedaron uno junto al otro, rozando sus brazos. Pero fue México quien buscó la mano ajena y entrelazó sus dedos.

—Pasemos más celos juntos
—No tienes por qué sentirte obligado
—Quiero estar contigo, USA

El mencionado sonrió sin poder evitarlo, estaba feliz, pero sabía que no era tan fácil. Escondió su rostro entre sus rodillas y solo soltó un ruidito en señal de estar escuchando.

—No quiero que creas que fue por el celo —México sabía que debía aclarar eso—. Yo ya sentía algo muy fuerte por ti desde antes
—Algo como cariño?
—Algo como amor romántico y lascivo

USA rio bajito

—I love you, Mexi... Pero podemos estar confundidos
—Tal vez fue el celo... O tal vez no
—Pero ya no estoy en celo, México...

Se giró para tomarlo por las mejillas y mirarse directamente. Se quería arriesgar un poquito solo por ese día.

—Entonces qué sientes ahora al verme?
—Unas inmensas ganas por besarte y... Cogerte

USA rio divertido antes de darle un beso.

—Ya no estoy en celo, Mexi... Hay que comprobar si mi yo normal puede causarte tanto deseo.
—De qué... Hablas?
—Ya no estoy en celo...

Se deslizó hasta sentarse sobre las piernas del latino y pegar sus cuerpos. Escuchó el movimiento del agua y sonrió.

—Hagamos el amor por puro placer

México sonrió con picardía

—Qué atrevido
—Vamos, Mexi... Cógeme duro porque esta vez sí será mi voluntad y no la de mi Omega
—Aun no te recuperas

Le apretó el trasero debajo del agua y elevó su cadera para rozar su naciente erección con ese ano maltratado

—Hazme el amor, Mexi —le susurró sobre los labios—. Otra vez. Y otra... Hasta el cansancio
—Claro que sí... Pero no me cansaré y querré más... Y más
—Sí —gimió sobre esos labios—. Así... No te canses de mí
—No podría

Sus gemidos rebotaron entre esas paredes. Ensuciaron el agua algunas veces. Se amaron hasta que sus dedos se pusieron blancos y sus cuerpos resintieron el golpeteo contra las baldosas.

Ese día USA fue muy feliz.

Porque México se quedó con él.