03.

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A medida que los recuerdos se apoderaban de la cabeza de Lucifer, las cosas se volvían un poco más tensas a su alrededor pues, la presión en su pecho y el dolor del abandono era evidente que le estaba provocando un sufrimiento interno que disimulaba no sentir.

Pero cada vez que miraba la silueta de esa persona en las fotos, el nudo en su garganta se apretaba.

La sortija que siempre llevaba consigo fue recogida del suelo después de aquella noche y mantenía en su dedo anular, un objeto que hacía parte de su pasado pero que no se atrevía en absoluto a deshacerse de ella, representaba muchas cosas para él y era imposible solo tirarla.

Los días continuaron pasando, uno a uno, dejando que los progresos respecto a la redención fuesen al menos un poco más notorios.

Concluido el tiempo de trabajo en la ciudad actual, todos se prepararon para migrar a una diferente locación y tras decir adiós al acogedor apartamento, continuaron su camino para establecerse en un nuevo sitio.

Luego de asentarse, Charlie quién se encontraba sentada en la sala, observó un pequeño papel en el suelo y este, llamando su atención, lo sostuvo en sus manos para ver de qué se trataba.

La sorpresa en sus ojos se hizo evidente y el shock inicial se esfumó al ver a dos personas sosteniendo a una pequeña Charlie en la foto. Sus ojos se volvieron dos grandes esferas brillantes por las lágrimas acumuladas y aunque quiso ignorar la sensación de opresión en su pecho, no pudo. El llanto se apoderó de ella y sostuvo la foto cerca a su pecho, apretándola con fuerza, no quería saber la historia detrás de las figuras en ella pero tampoco podía ignorar lo que había visto.

Con decisión, se levantó del sofá limpiando sus lágrimas y corrió a la habitación de su padre, entrando sin siquiera anunciar su presencia.

Lucifer se quedó estático al notar la nueva silueta en su habitación y le dio una larga mirada, esperando que esta hablara o al menos diera un indicio de su repentina presencia.

— Encontré esto.

Fue lo único que dijo, sosteniendo el trozo de papel en frente de ella para que el rey lo tomara. Confundido, Lucifer se acercó a ella y tomando la foto, sus ojos se abrieron de par en par al notar qué tipo de foto había encontrado.

— Cariño, Char... ¿Dónde la encontraste?

Ignorando la pregunta de su padre, Charlie se cruzó de brazos.

— Creo que merezco una explicación, papá.

— Explicación... Já, ¿explicación? — Lucifer pasó su mano por su cabello, desordenando este a su paso — No hay nada que explicar, es solo una fotografía.

— Pero, ¿por qué ma-?

Sin siquiera dejarla terminar la pregunta, Lucifer la empujó suavemente fuera de la habitación para estar solo. Necesitaba espacio, tiempo y a la vez algo de fuerza para que Charlie pudiera escuchar al menos un poco de esa historia.

Estaba muy pequeña cuando todo sucedió, por lo que claramente sus recuerdos no eran del todo buenos ni confiables, sabía que había estado en los brazos de su otra figura parental pero no que ella lo recordaría, por lo que cuando partió caminos con aquella persona, fue difícil simplemente cubrir los dos espacios por si mismo.

Volvió a admirar la sortija y sacándola de su dedo, leyó la frase escrita en su interior, provocándole de nuevo una sensación extraña en el pecho.

"Mi cielo eres tú."

Cada vez más se estaba haciendo más difícil solo ocultar la verdad de los hechos y necesitaba, no, debía tomar la fuerza suficiente para poder soltar todo lo que había estado reteniendo en su interior esos 7 años.

Charlie merecía saber la verdad, ¿cierto? Pero no estaba seguro de sentirse preparado del todo para soltar semejante bomba en la vida de su hija.

— ¿Hasta cuándo piensas mentirle?

La voz de Alastor se coló por la habitación, este apareciendo de las sombras detrás del soberano, haciéndolo maldecir en su sitio. Aborrecía que conociera la historia tan bien como él pero en el fondo, muy en el fondo, agradecía que de su boca no hubiera salido nada hacia Charlie.

— No... No lo sé. — Hizo una pausa, girándose para encararlo — Tú. — Su expresión se endureció de repente. — Tú dejaste la fotografía a su alcance, ¿no es así?

Alastor se encogió de hombros, no podía decir que lo había hecho a propósito pero estaba seguro de que tampoco serviría de nada simplemente decirlo, Lucifer no confiaba en él y no iba a creerlo de todos modos.

— ¿Qué? ¿Te aterra que descubra todo y te odie? — Cambió el tema de repente, acercándose a Lucifer hasta quedar a su altura — ¿Temes que te vea como el monstruo que realmente eres?

La tensión entre ambos comenzó a crecer mediante la conversación entre los dos fluía, Alastor provocando la furia de Lucifer con unas simples palabras.

— ¿Monstruo yo? — Contraatacó indignado — ¿Soy yo el monstruo que abandonó todo y corrió como un maldito cobarde?

Alastor se quedó en silencio unos segundos, mirando los ojos de Lucifer que ardían de furia y algo más que no lograba descifrar del todo bien. Se miraron unos largos minutos, ninguno de los dos atreviéndose a ceder y apartar la vista del otro.

Entre cielo y tierra | Radioapple. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora