•No es ship de las personas reales, es de sus cubitos
•Soft
•Actualizaciones lentas
•Temas sensibles (suicidio, lesiones)
•Poca experiencia para escribir
Agradezco que le des una
oportunidad a la historia ᡣ𐭩
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Habían pasado ya varios días desde que Quackity volvió a pegarse como un chicle a Roier, y como los sentimientos de ambos eran mutuos tiempo después dieron a conocer públicamente que estaban en una relación.
Esto no sorprendió a muchos de sus compañeros, pues de vez en cuando se les podía ver a los dos actuando muy cariñosos y cursis, tarde o temprano aquello traería un hermoso noviazgo.
Roier no era celoso, al menos no tanto, era caballeroso, atento, y era protector con Quackity, para muchas y muchos, el novio perfecto. Quackity era lindo, compartido y sabía comprender las ideas y pensamientos de su pareja, ambos se tenían ese amor y respeto hacia el otro, lo que a la vista de muchos eso los hacia la pareja perfecta.
Pero claro así como había gente que les parecía linda su relación, así había personas que no estaban de acuerdo del todo.
Desde que Spreen se enteró o más bien desde que Quackity le contó emocionado que había hecho de Roier su novio, no estuvo muy cómodo luego de eso, no después desde que el pato lo había dejado algo confundido respecto a sus sentimientos.
Era un poco raro para Spreen y todavía no procesaba bien todo lo que estaba ocurriendo, sus confusas emociones, la relación entre Quackity y Roier, empleo el cual necesita, tareas pendientes y otras cosas las cuales lo ponían de nervios y estrés a la vez.
Al menos veía a Quackity de vez en cuando en la escuela, y eso lo alegraba. Pasó de no querer ni parase a comer, a dormir temprano y levantarse temprano solo con la esperanza de encontrarse con el pato en la escuela, platicar con él, reír con él, algo... Pero que sea con él.
Esta mañana se paró temprano como últimamente lo estaba haciendo y desayunó algo, tuvo tiempo para empacar un pequeño emparedado e irse.
Caminó contento hasta la institución y directamente de fue a su salón, Quackity ya estaba allí, se dirigió a paso lento y con una sonrisa en su rostro.
- Buenos días, pato- dijo Spreen alegre y sentándose a lado de Quackity
- Oh, buenos días Spreen, veo que llegaste temprano- le mostró una sonrisa
- Sí ya sabes, tengo que mejorar mis hábitos, ¿Cómo has estado?- se acomodó en su lugar y recostó sus brazos en la mesa y posó su cabeza en ellos.
- Me alegra que hagas eso Spreen, y estoy bien gracias por preguntar, he estado hablando con Roier últimamente y adivina qué, me llevará a nuestra primera cita- se sonrojó de solo decirlo, soltó un chillido.
La sonrisa que Spreen llevaba desde toda la mañana se esfumó en un segundo al escuchar eso, pero ver a Quackity tan feliz y emocionado tuvo que disimular un poco.
- Oh, eso es, genial...- forzó una sonrisa
- Lo sé, estoy tan contento, Roier es perfecto.- Quackity se quedó viendo a la nada mientras suspiraba.