3 de julio del 2022

43 10 7
                                    

           Bombardeo de amor

Me encontraba en una situación estable, tenía mi primer empleo y mantenía una buena relación con mi madre. Nunca imaginé que volverías a buscarme, te amaba tanto que lo permití. Eran aproximadamente 1:30 de la madrugada cuando recibí tu llamada, contesté de forma extraña y al escuchar tu voz, me emocioné tanto que recordé lo mucho que te quería.

Recuerdo que me consultaste acerca de mi bienestar, mis actividades y mi estado de ánimo, a lo cual respondí detalladamente compartiendo mis experiencias recientes y expresando que me sentía estable, gracias al contar con un empleo. También recuerdo que iniciaste una conversación acerca de mi comportamiento durante los meses en que me conociste en la preparatoria, resaltando aquello que no resultaba favorable en mi.

Acepté tus observaciones con la intención de complacerte, buscando que permanecieras a mi lado y me brindaras amor. Estaba dispuesta a modificar aspectos de mi personalidad con tal de que me aceptaras y quisieras. Durante esa llamada, me propusiste salir y fue nuestra primera cita juntos.

Estaba muy ilusionada, ya que nunca antes nadie me había invitado a salir.

Estaba agradecida contigo por haber notado mi presencia. Al día siguiente, me sentía nerviosa y extremadamente feliz. Me puse mis mejores zapatos, la mejor ropa y me maquillé para ti. Al verte sentado con tus audífonos, mi amor por ti creció aún más. Me sorprendí al admirar una vez más tu rostro y tus ojos. Noté que eras totalmente distinto a la persona que conocí en la preparatoria: amable, atento y extremadamente caballeroso. Quedé impactada, pensando que habías cambiado genuinamente y que realmente te importaba. Creí que me habías dado una oportunidad al invitarme a salir. Estaba tan deslumbrada que no tomé en cuenta las señales de alerta durante la cita.

Después de platicar un rato, me invitaste a comer, aunque no quisiste unirte a mi para hacerlo juntos. Me sentí mal al ver qué no se trataba de una cita de dos personas, posteriormente nos sentamos para continuar la conversación y comenzaste a desmaquillarme, comentando que sin maquillaje me veía más hermosa, te creí y luego me regalaste unas rosas por obligación y no por amor.

La cita fue breve, apenas eran las 6:00 de la tarde cuando indicaste que era tarde y que debías regresar a tu casa a pesar de ello, me llevaste a la mía y comenzaste a criticarla. A pesar de ello, yo estaba tan enamorada de ti que no me importó en lo absoluto, recuerdo que nos despedimos con un beso, mi primera vez, y me puse nerviosa porque aún me sentía muy joven.

 A pesar de ello, yo estaba tan enamorada de ti que no me importó en lo absoluto, recuerdo que nos despedimos con un beso, mi primera vez, y me puse nerviosa porque aún me sentía muy joven

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una vez más tu Narcisismo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora