Capítulo 3: Sein Wie Alle Anderen'

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Yami

Llegué corriendo a casa antes de que empezara a llover, toqué la puerta y esperé...

Tea: ¿Olvidaste tus llaves?- y me mostró las llaves, le sonreí nervioso y me dejó entrar- no le diré nada a Yugi, pero será la última vez que te cubra.

Yami: Gracias Tea, ¿Yugi ya llegó?- asintió y me fui con él, dejé mis cosas y me cambié de una vez, Yugi dice que debo tener buenos hábitos, y cuando me cambié lo busqué en su estudio... no está, ¿en su cuarto?... tampoco, mmm... ¡el jardín!, corrí por las escaleras, casi me caigo, menos mal Tea no me vio, corrí  a la parte de atrás de la casa y apenas vi que se quedó quieto mirando las flores, corrí, salté y me aferré a su estómago.

Yugi: ¡Yami!, me asustaste- me reí y él me acomodó, al quedar cerca de su cuello recosté mi cabeza en su hombro y olfateé un poco, huele rico~- ¿cómo te fue hoy con tus estudios?

Yami: Bien, lo mismo de siempre- estoy más concentrado en tu aroma- no hay muchos cambios la verdad, pero tengo tarea, ¿me ayudas?

Yugi: Ve sacando los libros y ya voy para allá- asentí y me dejó en el piso, corrí nuevamente a mi habitación y revisé mis cuadernos y libros, solo son tres... pensé que eran más, aunque tampoco quiero más.

Cuando Yugi llegó y se sentó a mi lado, me sentí muy feliz, a veces no sé como explicarlo, pero simplemente su compañía me hace sentir... creo que bien, no importa lo que sea... aunque solo esté al lado mío me siento así, cuando no puedo dormir y me voy a su cuarto, él me deja dormir a su lado, y me mima hasta que logro cerrar los ojos, además me gusta estar en su habitación, tiene su aroma, apenas entro a su cuarto me siento calmado, como si estuviera a salvo de cualquier cosa...

Tea

Yugi tuvo que salir para solucionar un problema con un terreno, al parecer dos personas dicen ser dueñas del terreno, pero eso no puede ser... bueno, eso es trabajo de Yugi, él solo me cuenta como ese tipo de problemas terminan resueltos, me encanta que me cuente esas historias, y cuando iba caminando vi que Yami estaba recostado en el escritorio, pensé que se había quedado dormido, pero cuando me acerqué, levantó la cabeza y me miró... hay algo en sus ojos que me dan escalofríos...

Tea: ¿Qué pasa Yami?, pensé que estabas dormido.

Yami: Ya quisiera- lo le entiendo- se supone que tengo que leer sobre la conquista del nuevo mundo, pero es demasiado aburrido, no quiero- mmm, se me ocurrió una idea...

Le dije a Yami que hiciera el intento, mis padres me enseñaban jugando, así que creo que puedo hacer lo mismo, además Yugi no está, así que lo haré por él, utilicé los juguetes y traté de recrear lo mejor posible, y para que se le quede en la memoria que los que sufrieron más fueron los indios, tomaremos el papel de indios, me pedí a Yami que viniera y le puse una corona con plumas que hice, me puse la mía.

Tea: Si no aprendiste leyendo, aprenderás jugando- lo llevé a la biblioteca donde había armado todo- somos dos indios contra los colonos, ese tipo de allá- señalé su oso de peluche- ese es el líder de los colonos, no podemos permitir que nos quiten nuestra tierra y nuestro maíz- iba a garrar un arma- ¡no seas tonto!

Yami: ¿Qué?, ¿qué pasa?- me encanta como se asustó.

Tea: Somos indios, eso es un arma del enemigo, nosotros usamos arcos con flechas o lanzas- agarró un arco y flecha- intenta apuntar al líder- lanzó la flecha y falló- ¡que mal!, ahora sabe que estamos aquí- sin que se diera cuenta pateé unos libros que estaban detrás de nosotros y casi nos cae encima- ¡esto es guerra!

Más tarde...

Yugi

Llegué a casa y escuchaba ruidos de la biblioteca, al ir allá y abrir un poco la puerta, me di cuenta de que había una guerra, Tea y Yami contra los peluches de Yami, cerré la puerta sin que se dieran cuenta y me reí suavemente mientras me alejaba de ahí, al parecer Tea está aplicando su técnica de aprender, mientras ellos estaba ahí yo subí a mi estudio... la verdad no me fue bien con el pequeño asunto.

Se suponía que íbamos a hablar sobre el terreno, ya que el dueño era un aldeano y otro terrateniente se lo quería quitar, pero como yo soy el dueño del terreno, no se lo pudo quitar, y en la tarde la mujer del aldeano gritó y corrimos a ver que pasaba... el otro terrateniente apareció muerto y tenía el cuello destrozado... ellos me contaron que los vampiros siempre habían cazado mortales, pero que ahora estaban más alterados, que había más muertes... me preocupé por eso, ¿será que Yami tiene algo que ver en eso?

Preferí no pensar más en ese asunto, tomé aire y sonreí, Yami es feliz y por el momento no ha mostrado antojo de sangre, eso significa que hasta ahora, las cosas están yendo bien.

Hasta el próximo capítulo....

Du Riechst So GutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora