.°|CAPITULO 11|°.

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En medio de la espesa nieve, se encontraba Zheng, mirando al piso abrazando su cuerpo únicamente cubierto por la manta que le habían dejado sus amigos, sin dejar de sobre pensar sobre el error que había cometido, no dejaba de pensar en los chicos,...

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En medio de la espesa nieve, se encontraba Zheng, mirando al piso abrazando su cuerpo únicamente cubierto por la manta que le habían dejado sus amigos, sin dejar de sobre pensar sobre el error que había cometido, no dejaba de pensar en los chicos, en su madre, en sus hermanos, pero más que nada en Hades, no podía olvidar la cara de decepción que puso al ver su marca, en como el sentimiento de amor cambio tan rápidamente por desesperación e inquietud; todo esto pasaba por su mente mientras su caballo se acurrucaba contra él y el grillo encendía una pequeña fogata en lo que Alvitr calentaba la comida que el grupo de tres había dejado a escondidas junto la manta.

— Estuve tan cerca— Empezó a hablar la dragona de manera entrecortada— Así de cerca de impresionar a mis hermanas, de estar hasta arriba de los pilares— Dio un fuerte suspiro antes de continuar— Vaya... todo mi trabajo bleh.

El omega miro a su pequeña y espiritual amiga antes de soltar un par de lágrimas, era raro, esas eran sus lágrimas mescladas con la inconformidad de "la joven" dirigiendo su mirada devuelta al piso.

— Nunca debí salir de mi casa— Expreso con la voz quebrada, si su madre lo viera le diría que se veía igual a cuando era un niño recién rescatado de la basura del mundo.

— Oh vamos niño, lo hiciste para salvar a tu madre— Dirigió su mirada a otro lado— como sabrías que la decepcionarías a ella, a tus ancestros y que perderías a tus amigos... uno tiene que aprender a superar estas cosas— Menciono a modo de lamento.

— Tal vez no lo hice por mi madre, tal vez lo que quería era probar que podía ser alguien— El joven levanto la espada de su madre mirando su reflejo propio, se veía fatal, no había descansado bien y el hecho de estar llorando solo le hacía ver peor— Para... para que, al verme en el espejo, pudiera ver mi propio valor.... pero me equivoque, no veo nada— Qin tiro la espada clavándola en la nieve cerca de Alvitr.

— No vez nada porque necesita un poco de brillo, yo lo puliré para ti— La drogona ya consideraba al chico como su mejor amigo y le preocupaba de sobre manera el cómo estaba llorando y despreciándose de esa forma, cualquiera que lo viera no se creería que el chico era una diva y un narcisista de primera— Mira que hermoso te vez— Trato de hacer entrar en razón al joven, pero al ver como este seguía llorando en silencio su sonrisa desapareció dando un largo suspiro —A quien quiero engañar, la verdad los dos somos un fracaso— Menciono sentándose sobre la nieve— Mis hermanas no me enviaron, lo más probable es que ni siquiera me quieran... te admiro Zheng, tu viniste para salvar a quienes quieres, yo vine para salvarme a mí misma, al menos tu intención fue buena— Le dijo mirando esos lindos ojos celestes con estrellas más brillantes que las del mismo universo, o bueno eso estaba haciendo hasta que escucho al grillo— ¿QUE? ¡¿COMO QUE NO ERES DE LA SUERTE?!— Grito a los cuatro vientos al pequeño grillo que los llevaba acompañando durante todo el viaje— ¡Me mentiste! Y tú ¿Que eres, una oveja?— El caballo tan solo la miro molesto sacándole una risa suave al Omega.

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