Historias perdidas.

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Advertencia: el siguiente escrito fue modificada para evitar la o las guerras internas de la familia, ha sido hecha de una manera sencilla, para que la sospecha de quien realmente es, no sea descubierta. Se recomienda al lector su discreción, los eventos históricos, fechas y detalles específicos, serán eliminados para la seguridad de los verdaderos herederos del apellido. "O.L"





Avila, la mujer que forjó su imperio, dejó una marca imborrable en la historia de un país y fue la causante de una de las maldiciones mayor arrastradas en la gloria de una familia.










Su nacimiento se dio en una tormentosa noche de octubre, la mujer casi pierde la vida al dar a luz a su bebé, cuando por fin pudo tenerla en sus brazos el mismo abrió los ojos para ver a su madre, el escalofrío que recorrió toda su columna no la dejó dormir en Paz. Su esposo volvería y tendría deseos de conocer a su primogénito, ella sabía que con solo verla la condenaría a la hoguera sin alguna piedad.

Preparo todo: una carta, una promesa de sangre y una maldición a cualquiera que no lo cumpliera.

Carla preparó todo para la llegara de su esposo, un hombre que se crió entre los más poderosos de los Headchel, la familia más importante del poblado, dueños de minas, de minerales y cristales preciosos, de grandes almacenes y joyeros de gran prestigio y una reputación que debían cuidar incluiso de su propia familia.

Eran la familia perfecta, el único defecto es que por años se guardaron que condenaron a su propia familia al abismo, tenían un trato.

Cualquiera que naciera con esmeraldas y zafiros en sus ojos debía de ser quemado, en una hoguera ardiente y toda la familia presente tenía que estar, debía de arder hasta las cenizas, pues esos bastardos mientras más oscuros fuesen sus ojos, más destruccion y humillación atraería a la familia.

Avila era su nombre, era deseada para todos, pero un pequeño detalle cambiaría su propio destino.

Al llegar su esposo a su hogar, Carla intentó persuadirlo, mentirle descaradamente, fracasando completamente y siendo ignorada fríamente, lloro amargamente al escuchar el grito de furia de su esposo.

Todos se reunieron, discutieron su futuro y su propio criterio los llevó a cometer el peor acto, el bebé tenía que morir, era la única forma en la que salvarían su vida.

Carla estuvo todo el tiempo presente, lloraba desconsolada, fue señalada por no ser una buena mujer, por mentirosa y por proteger a una bastarda que atraeria deshonra a la familia, entre lágrimas el amor de madre le llenó de coraje.

- Yo.. yo tomaré el castigo de mi hija - musito  -. Soy la mujer de quien salio, si debemos castigar a alguien, es a mi.

Todos estaban conmocionados, era un suceso del que nadie les había advertido, trataron de impedirlo, pero la carta escrita con su propia sangre les heló la propia. Clara era consiente de las reglas y leyendas, pero también del misticismos que traía una simple cosa, su deseo era simple, una vida, por otra.

La noche oscura de noviembre, fue levemente calentada con la hoguera ardiente, la mañana siguiente los restos de quien en vida fue Clara, se encontraron esparcidos en el centro del poblado.

Para los más ancianos del lugar, la maldición estaba culminada, pero el dolor de la pérdida hizo que ni siquiera volteara a ver a su hija, su sangre fue llevada y criada por las sirvientas de la familia, entre la humedad de la cocina y el hedor de los oscuros pasillos, Avila no conoció quien fue su madre, ni tenía idea que el hombre alto y de gran prestigio era su padre, ella era una sirvienta más, solo que el poderoso Dios le llenó de gracia y belleza.

Aster, la leyenda. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora