†La Historia de Alastor Parte 4.1†

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—Parece que tu alma ahora me pertenece querido amigo —se oyó una voz a lo lejos, pero no había quien oyera semejante oración, al menos hasta ahora

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—Parece que tu alma ahora me pertenece querido amigo —se oyó una voz a lo lejos, pero no había quien oyera semejante oración, al menos hasta ahora.

Un dolor punzante en la cabeza le fue recobrando la conciencia lentamente, un potente aroma a tabaco le hizo salir de su letargo, Nifty abrió los ojos poco a poco, hasta que pudo vislumbrar una luz tenue que emanaba de una chimenea que había en la habitación en donde estaba, no solo ella, sino también Alastor y Husker, estaban hablando sobre algo pero no alcanzaba a escuchar que, ladeó la cabeza y colocó su mano sobre la parte de su cabeza que le dolía.

—¿Dónde estoy? —Alcanzó a decir con la voz temblorosa y casi audible, Alastor se percató de ello y se acercó a ella.

—¡Nifty, que maravilla que hayas despertado, únete a nosotros que la fiesta aún no termina! —Alastor la ayudó a levantarse del sofá café en el que sea hallaba recostada y después de varios parpadeos, Nifty recobró los sentidos y reconoció a Alastor.

—¿Edmund? ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos? —Lo miró fijo con sus ojos marrones casi rojizos.

—Por favor querida, solo dime Alastor, Edmund murió ese día en el incendio del orfanato, así no me llames así de nuevo —le corrigió sin dejar de sonreírle, pero a decir verdad no deseaba tenerla frente a él ahora mismo y en estas condiciones. Ella solo lo miró confundida y se encogió de hombros al momento de asentir todavía dudosa —¿De acuerdo? Supongo.

—¡Fantástico! Dime ¿Tienes apetito? ¿O tal vez prefieras algo para beber? —Le ofreció Alastor acercando una mesita movible que ya tenía preparada dónde había una bandeja con comida y una tetera.

—Quisiera un poco de agua, mi boca está muy seca y me siento algo mareada —dijo sin mucho animo y sin darse cuenta Alastor ya tenía un pequeño vaso de cristal en sus manos y se lo ofreció a Nifty, ella aún desorientada no se dio cuenta en como el vaso apareció de la nada y lo tomó para beber el agua que contenía, que parecía que nunca hubiera bebido en su vida  —. Gracias —Alcanzó a decir.

—Dime Nifty, ¿recuerdas algo de lo que pasó esta noche? —Preguntó Alastor con sigilo, Nifty meditó unos segundos antes de responder.

—Lo último que recuerdo era que estaba en la plaza comprando muchas cosas para mi boda, —Hizo una pausa y abrió los ojos pasmada,  esa confusión y dolor en su cabeza se esfumaron al instante —¡mi boda! ¿Cuánto tiempo he estado aquí? ¡Todos en casa deben estar preocupados, mi novio debe de estar buscándome ahora mismo! —Su voz se oyó más ansiosa y le dio con brusquedad el vaso vacío a Alastor para levantarse del sofá.

—¿Qué hacemos aquí? ¿Qué hora es? ¿Qué es este lugar? ¿Por qué estoy aquí? ¿Acaso me desmaye? ¿Y quién es él? —Habló y habló para al final señalar a Husker que estaba sentado frente a una mesa verde con varias cartas esparcidas sobre esta, tenía una expresión de amargura. Parecía un remolino de energía imparable en cuanto recuperó el conocimiento y Alastor recordó que siempre fue así de eufórica, y río para sus adentros, y también le sorprendió el hecho de que su pequeña Nifty estuviera pronta a casarse, no cabía duda; esa pequeña niña que cuidó hace años ya creció, y por alguna razón tuvo la necesidad de querer clavarle un cuchillo a aquel que fuera su prometido.

El Rojo Significa Te Amo (Charlastor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora