Vaggie no era tonta, ella podía notar que algo estaba pasando con Charlie. Desde hace dos días, la princesa la había estado evitando de forma extraña, curvando una sonrisa de emoción y ligera culpa cada que la veía antes de correr en lado contrario, tarareando y murmurando cosas sin sentido. Sin embargo, antes había logrado descubrir que Charlie actuaba así cada que planeaba algo grande o que considerará lo suficientemente impactante como para huir de todo del mundo para evitar revelar la "sorpresa". Pero aún así era extraño que lo ocultara incluso de ella, pero por el bien de ambas decidió tratar de ignorar sus actitudes raras y solo concentrarse en la logística del hotel. El trabajo no era tanto actualmente, al menos no desde que Alastor apareció con sus intenciones desconocidas -pero seguramente malas, según Vaggie - y al contrario de estar feliz con el alivio de la carga de trabajo, Vaggie se sentía frustrada.
Había notado varias cosas en el desde su llegada, como la falta de tacto que tenía preferencialmente hacia ella. Si invadía el espacio personal de los demás en un 80% a ella se lo invadía en un 100%. Por otro lado estaban sus comentarios astutos en donde su intención claramente era burlarse de ella ¡Y ni hablar de las miradas desagradables y casi indiscreta que les lanzaba a ella y Charlie! Realmente era un patán, uno del que quería mantenerse alejada por completo. Sinceramente prefería estar hasta el cuello de trabajo que tener que soportar al Demonio de la Radio todos los malditos días.
Incluso trataba de estar todo el día encerrada en su oficina haciendo su trabajo y solo salía cuando era estrictamente necesario. Es decir, cuando Charlie realizaba alguna de sus lindas actividades o simplemente quería pasar tiempo con ella, del resto solo se quedaba ahí revisando el presupuesto e inventario. Ese era uno de esos días, aunque realmente ya había terminado y solo estaba sentada observando el techo con aburrimiento, pero era mejor que salir de ahí y lidiar con los demás por su cuenta.
No obstante, no conto con que Charlie por fin decidiera terminar su periodo de planificación secreta.
La princesa tocó la puerta un par de veces por mera educación, pero la emoción era tanta que no resistió las ansias y entro a la habitación antes de que Vaggie pudiera decir algo.
—Cariño ¿Que sucede?
Vaggie le dedicó una sonrisa dulce al ver como Charlie mordía su labio inferior para contener lo que suponía una sonrisa de emoción. La rubia solo daba pequeños brincos, tan solo sacudiendo sus extremidades dando indicios de no poder contener su emoción.
—¡Vaggs, oficialmente he hecho la mejor actividad de confianza de todo el infierno! —chillo con alegría y se inclinó sobre el escritorio para estar cara a cara con su novia.
—¿Ah, si? —ahogo una risa ante el comentario que introducía el infierno, pero lejos de burlarse realmente de Charlie; solo le resultaba adorable.
—¡Si, si, si! Es que es tan emocionante que quiero empezar de una vez —sujeto las manos de Vaggie, mostrando una de sus mejores sonrisas— ¡Oh! ¡Ya se! ¡Empecemos de una vez!
—¿Eh? ¿De una vez? —la pecadora se sintió algo perdida ante tal arrebato.
—¡De una vez!
Sin más la rubia jalo con determinación a Vaggie, provocando que está riera inconscientemente. Ambas corrieron juntas tomadas de la mano por los pasillos del hotel, una totalmente desentendida del caos que estaba apunto de desatarse y la otra decidida, con un objetivo claro en mente.
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—¿Entonces, rubia. Que quieres? ¿Por fin van a usar mi popularidad para hacer un comercial decente y picante? —El tono coqueto de Angel fue seguido con un suspiro cansado de husk.
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Returned to me, my love |Radiomoth|
RastgeleLas palabras son un arma de doble filo, estás llevan a situaciones, estás situaciones provocan reacciones y estás reacciones tienen consecuencias. Las promesas no se rompen tan fácilmente, mucho menos cuando se tratan de pactos profundos. Alastor no...