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Otro día más y el sol apenas estaba saliendo. Eran las 5:34am.

Lee abría el taller bajo la mirada de un pelirrojo por una ventana lejana.
El canino salía corriendo por toda la calle haciendo caso omiso a las llamadas del azabache -Demonios Lucas, ven aquí, tu paseo matutino empieza a las nueve- Lee veía como Lucas iba de allá para acá -Lucas!- El animal entró rápidamente al taller -Gracias

Su móvil comenzó a sonar llamando su atención -A esta hora?- Tomó el móvil y miró el nombre en la pantalla -Mm

Contestó.

-Qué quieres?

-Esa es manera de hablarle a tu padre mocoso?

-Es una manera, si, qué quieres? Nunca me hablas a menos que se haya muerto alguien de nuestra familia

-Mocoso maleducado

-Llamaste solo para insultarme?

-No solo para eso..la graduación de Tenten es en dos meses, te quiero ahí

-Bien, dame la fecha, hora y lugar exactos y estaré ahí

-Bien, más te vale comportarte, tu hermana se gradúa de la universidad y quiere verte ahí, hace dos años que no te ve

-Lo siento, de quién es la culpa?- Decía en tono cínico haciendo enojar más al mayor.

-Eres un mocoso maleducado, más te vale asistir

-Si iré, algo más?

-Nada

Y con eso la llamada incómoda con su padre terminó. No lo juzguen, adoraba a su hermana y claro que iría a su graduación...aunque la relación con su padre no fuera la mejor.

-Maldito imbécil- Murmuraba guardando su celular en el bolsillo derecho de su pantalón. Lucas sentado a su lado izquierdo solamente lo miraba -Tenten está por graduarse de la universidad, ya no tengo que preocuparme por que ella aguante las estupideces de mi padre

El animal lo veía con curiosidad.

-Vamos Lucas, tengo mucho trabajo que hacer- Su vista fue directo al auto de color azul marino al fondo del taller -Empezando por ese auto- Se dispuso a terminar su trabajo pendiente.

Su mañana pasó muy tranquila mientras reparaba ese auto, tal vez no era la mejor profesión o no tenía un gran salario como muchos otros, sin embargo el amaba los autos, siempre lo hizo y el repararlos era algo que lo hacía sentir mejor.
El reparar autos le daba un reparo a su vida, le daba reparo a muchas cosas que nunca pudo reparar o nunca tendrían reparación.

Era asombroso.

Al abrir su propio taller y alejarse de su padre sintió un enorme alivio. Alivio de no estar bajo las reglas de su padre quién lo obligó a estudiar medicina, pero no terminó la carrera.
Había veces que se sentía culpable por no haber terminado la carrera y dejar a su hermana sola con su padre...él también necesitaba un respiro del mundo y de su padre.

-No quiero ver a mi padre- Decía sumergido en sus pensamientos y a la vez soltando un largo suspiro de cansancio -Pero quiero ir a ver a Tenten

Un leve gruñido de frustración salía del moreno -Tú que dices Lucas?- El nombrado seguía mirándolo con curiosidad -Que gran ayuda eres- Hacía una pausa quedando pensativo, se recargó en el auto -Ya no tengo para hacer de desayunar...bien, iré a la tienda y después al café Sugar

Lo divertido de ser independiente y vivir con un perro era que no había nadie que le quitara el permiso para salir o que cuestionara a donde iba, lo malo eran los gastos para mantener a Lucas.

Pero solo eso.

Se cambió de ropa y tomó las llaves del taller -Bien Lucas, cuida el taller mientras no estoy...y no te salgas- El nombrado no puso atención a sus palabras y Lee se fue riendo por la reacción del animal negativa hacia sus instrucciones.

Y como él lo planeó, se dirigió primero a la tienda. Tendría que comprar comida para Lucas y cosas para poder hacer algo decente de comer los próximos días -No puedo darle pizza congelada a Lucas- Decía para sí mismo dejando ver una sonrisa ligera en sus labios.

Compró lo necesario y salió de ahí lo más rápido posible, intentaba darse prisa si no quería encontrar el taller hecho un desastre.
Caminaba a paso rápido llegando a su destino final, el café Sugar. Lo bueno de ambos lugares era que ambos estaban cerca del taller.

Entró al lugar disfrutando el olor a café que llegaba a su nariz. Se aproximó a la caja para pedir su Latte de Caramelo y su sándwich de tomate y queso.

Una delicia según él.

La chica que atendía en la caja dijo que en cinco minutos su pedido estaría listo así que solo esperó en la entrada, al pasar esos minutos y oír su nombre tomó su pedido de la barra y salió corriendo del lugar.

-Con suerte Lucas no habrá destruido muchas cosas- Corría tratando de pensar en que cosas de valor había dejado a disposición del canino -Espero que no haya destruido nada de lo que dejé en el suelo- Faltaban pocos metros para llegar al taller y no había ladridos, ni ruidos de cosas cayendo al suelo. Algo que le pareció bastante extraño.

A unos cuantos centímetros de estar frente al taller escuchó una voz que lo hizo sonreír.
Estando en la entrada del taller notó a un pelirrojo sentado en el piso con el perro tumbado a su lado.

-Gaara- El nombrado alzó la mirada algo sorprendido por la llegada del mayor -Es muy temprano para que estés fuera de casa

-Mis padres están comprando pintura para los cuartos del edificio y mis hermanos fueron a comprar algo para desayunar

-Y eso qué implica?

-Que me quedaré contigo hasta que regresen al edificio con la comida...o todo el día- Se levantaba tratando de no ser tirado por el canino -A dónde fuiste?

Lee mostraba las bolsas en sus manos -Fui a la tienda por comida para Lucas y cosas para poder hacer de comer algo decente los próximos días..y por mi café y mi sándwich al café Sugar

-Entiendo, qué vamos a desayunar?

-Yo mi sándwich y mi café

-Bueno, yo veré en tu cocina- Sin preguntar Gaara se dirigió al lugar dicho -Lucas- El nombrado salió corriendo al instante.

-Claro, y conmigo ni siquiera haces caso cuando te llamo...perro mal agradecido- Murmuró el azabache.

Recuerdos Dolorosos (LeeGaa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora