𝐃𝐄𝐋𝐈𝐑𝐈𝐎 | ᴋᴏᴏᴋᴠ/ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

Epílogo

En las noches, a veces, escucho ese ruido peculiar en el piso de arriba.

Es como si arrastraran algo, suena más liviano que una cama, pero más pesado que una mesa.

Creo que el peso sería algo como...

Un cuerpo humano.

- Nah, seguro debe estar cocinando o algo así.
Debo concentrarme en los análisis.
- Mencioné extendiendo mis brazos que estaban bastante tensos por estar horas frente al ordenador.

He visto a ese chico de arriba solo unas cuantas veces, siempre me encontraba con él en los contenedores de basura.

Normalmente todos tiramos la basura con nuestra ropa habitual que utilizamos en el hogar, pero él siempre luce muy pulcro, ya sea que esté con traje o con pantalones formales y con sus camisas faldadas sin ninguna arruga aparente.

Aunque, ahora que recuerdo, una ocasión en qué regresé a mi casa en la noche, lo encontré en los pasillos.

Estaba besándose con un chico rubio, me sentí muy incómodo y me fuí de allí sin que lo notaran.

- Me preguntó de que vivirá, es un tipo misterioso.

Uy, ya son las cuatro, debería dormir.

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- Siento no haber dormido nada.

Acomodé un poco mi recámara, extendí mis sábanas y coloqué cada pertenencia en su lugar, a excepción de mi ropa, eso lo amontoné en el cesto debajo de mi cama.
Me considero una persona práctica y poco organizador.

Estaba preparando mi maletín y buscando mis llaves que estarían tiradas en algún lugar desordenado de mi departamento.

- Aquí están.

Se encontraban debajo del comedor, las guardé y cuando estaba a punto de cruzar la puerta hacia el corredor escuché unos gemidos y llantos, como si alguien estuviera rogando por ayuda.

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Toqué el timbre del apartamento de arriba, el 107.

- ¿Hola?, ¿Hay alguien?

Nadie respondió.

Acerqué mi oído a la puerta y esos quejidos eran mucho más fuertes que antes.

- Disculpe, ¡Responda!, ¿Necesita ayuda?, ¡Si no es así, me iré!

Nuevamente no obtuve respuesta.

Una última vez.

- ¡Contaré hasta diez! Si no responde, llamaré a la policía.

Uno.

Dos.

Tres.

Cuatro.

Cinco.

Seis.

Siete.

Ocho.

Nueve.

Diez...

- Yo no haría eso sí fuera usted. - Una voz ronca se hizo presente detrás de mí.

¿Puedo saber que hace frente a mi departamento?

- Ah! Escuché un ruido extraño y pensé que quizás necesita ayuda o algo...

- ¿Un ruido extraño? Debe ser bam.

- ¿Bam...?

- Sí, mi perro, hace ruido cuando tiene hambre.

Mire, aún tengo la marca de su mordida, se vuelve agresivo cuando está hambriento.

- Ah sí, bueno... Me alegro que no sea nada grave, debo irme. - Me dí la vuelta en camino al ascensor, se había vuelto muy incómodo y quería escapar.

- Espere, vive abajo ¿Verdad?
Hasta la próxima.

- Ah... ¡Claro!

Ese sujeto, realmente me da muy mala espina.