𝐃𝐄𝐋𝐈𝐑𝐈𝐎 | ᴋᴏᴏᴋᴠ/ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

Capítulo 4

- Bueno, ¿Donde dice que ocurrió el supuesto asesinato?

- Ahí, justo en el med....

Un momento... ¿Esos muebles estaban allí anoche?

Solo recuerdo una pequeña mesa de centro, pero ahora también habían unos sofás y un cuadro.

- No se distraiga y muéstreme.

- Ah sí, claro...

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- Ya revisamos todo el lugar y aquí no hay nada.

- Debe haber limpiado la sangre, me llevó al hospital anoche después de que me desmayé. Ya amaneció, seguro que vino a limpiar.

- Tae, perdón pero no puedo darte la razón. Él me acompañó toda la noche en el hospital porque estaba demasiado nervioso así que me ayudó a calmarme. - Dijo Jimin en unos leves susurros para que los policías no escucharan.

- Entonces... ¡Alguien más debe haber limpiado por él!

- ¡Escuche joven! Solo se golpeó la cabeza y está delirando en estos momentos.
¡Suficiente por hoy! Tenemos más cosas que hacer.

- ¡Esperen! Por favor revisen el departamento con detalle, aunque haya limpiado puede haber más pruebas. Si revisa con atención-

- No me tutee.

- ¿Eh, disculpe?

- Noté que es un joven muy maleducado, soy policía y mucho mayor, tráteme de "usted".

- Señor, este no es el momento de... ¡Ah! ¡Es posible que el chico siga con vida! Mientras él lo apuñalaba anoche él seguía moviéndose, si actúan rápido aún podrían salvarlo.

- Primero dice que lo asesinaron y ahora que está con vida, si piensa mentir al menos sea coherente ¡Y dígame "señor"!
Vámonos pareja.

- ¡Sí, señor!

- ¡Alto! ¡Este cuarto es donde me escondí anoche, estaba lleno de productos de limpieza, deben de seguir aquí!

Cuándo abrí la puerta, me sorprendí al ver lo que había adentro.

¡Woof!

Solo había un perro en la habitación, todos los artículos y cajas de ayer no estaban.

Me quedé perplejo.

- ¡Un perrito! ¿Es suyo? Es muy lindo. - Dijo el rubio emocionado, amante de los perros.

- Sí, se llama Bam. - Le respondió el pelinegro con una sonrisa larga e ingenua.

- ¡Que bonito nombre! ¿Puedo acariciarlo?

- ¡Claro! Aunque no le gusta mucho que lo toquen.

Mientras ellos conversaban yo observaba detalladamente la habitación, el cuarto que recordaba completamente lleno de cajas ahora solo tenía alimento para perros y dos comederos.
Uno tenía agua y el otro contenía alimento acompañado con unos trozos de carne color rojo intenso.
Parecía ser de cerdo.

- ¿Entonces que quería mostrarnos de la habitación? ¿Un perro?

¿Qué está pasando? ¿Será que anoche entré a otro departamento?
Pero el propietario dijo... ¡Qué él es la única persona que vive en el séptimo piso!

Un momento.

¿Séptimo?

Ahora que lo pienso, si fue así, ¿Cómo es que sobreviví a tal caída?

- ¡Que perdida de tiempo, nos vamos!

Los policías se fueron de la habitación.

Y después de ellos, nos fuimos nosotros.

- ¿Estás bien Tae? Debes estar agotado, por eso mezclaste tu sueño con la realidad, estás delirando.
Llegamos a tu apartamento, dame las llaves, te abriré la puerta.

- ¡No hace falta, puedo abrirla solo!
Anoche no pudiste descansar porque te quedaste cuidándome, vuelve a casa y duerme.

- Bueno, pero si necesitas algo llámame ¿Sí?

- ¡Claro, con cuidado!

Entré a mí departamento y dejé caer mi cuerpo sobre el sofá.

Realmente debí estar lo suficientemente cansado como para alucinar.

Di mi último suspiró y cerré los ojos.

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Tae realmente debe estar muy cansado como para ser tan insistente en qué me fuera.

Todo esto debe ser muy duro para él.

Bueno... ¿Dónde dejé mi auto?

Sentí la presencia de alguien detrás mío y volteé.

- ¡Ah! Señor Jeon ¿Cierto? Lamento los problemas que le causó mi amigo, él ha estado muy agotado estos días, por favor, discúlpelo.

- No se preocupe, entiendo. Puede decirme solo Jeon, no soy tan mayor como cree. No pude preguntárselo antes, ¿Cómo se llama?

- Jimin, ¡Park Jimin!

- Un placer conocerte, bueno, tengo que ir a trabajar.

- ¡Ah, cierto! Perdón por demorarlo.

- No te preocupes. Disculpame un momento.

Jeon se acercó a mi rostro, nuestra distancia se acortó tanto que podía sentir su respiración y podía ver claramente mi reflejo en sus ojos oscuros.

Mi corazón estaba estallando, mantuve la respiración en todo momento y cuándo el se alejó de mí pude volver a respirar de nuevo.

- Una hoja.

- ¡Ah, claro!

Me sentí tan tonto y avergonzado, había malinterpretado la situación.

- Bueno, su amigo es mi vecino así que, supongo que nos encontraremos seguido.
Jimin.

- ¡Sí, claro...!

Él ya estaba demasiado lejos como para escucharme.
Lo ví alejarse hasta que desapareció entre unos arbustos.