Donde Louis tiene la paranoia de que está siendo acosado y recurre a un entrenador personal.
O donde Harry accede a ser el entrenador de Louis, curioso de como una cosita tan blanda cree que puede pegarle a alguien.
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Decir que Louis no se había emocionado era poco, había registrado dentro de todo su armario ropa para poder usar en aquél gimnasio, cosa que no encontró.
Y es que, no lo culpen, él no suele ir al gimnasio.
Tan sólo encontró unas mallas y shorts deportivos que usaba cuando iba en preparatoria, ahora Louis tenía 2 años de haberse graduado de la universidad, esos shorts tenían cinco años con él.
Pero eso a nada.
El día siguiente de haber conocido a Harry, Louis se levantó temprano con un horrible dolor de piernas, maldijo a la caminadora cada vez que daba un paso, sin contar que la noche anterior había dormido plácidamente al estar cansado por el esfuerzo físico del día.
Tomó un licuado de plátano y salió de su departamento mirando a todos lados antes de salir por completo, aún no había tenido alguna clase de boxeo por lo cual aún no sentía la suficiente confianza como para salir a la calle sin preocuparse.
Además ahora le dolían las piernas, ni siquiera su primera lección con la caminadora le ayudaría a salir huyendo de algún posible acosador.
Miró el reloj, aún faltaban quince minutos para que dieran las ocho de la mañana a como Harry había indicado. Y hablando del Rey de Roma...
Harry venía caminando con una pequeña sonrisa en su dirección, sus rizos estaban un tanto húmedos y despeinados cayendo por su frente, además de su camisa húmeda...
—Hola, Louis... Buenos días, veo que llegaste temprano, ¿Vives cerca?—. El rizado sacó una toalla de su bolsillo y Louis pudo apreciar sus ojos cuando los lentes de sol desaparecieron de su entrecejo.
—Buenos días, Harry... Eh, sí, si, vivo cerca... De hecho vivo a unas calles de aquí—. Sonrió ante el intento de su nuevo entrenador por conocer de él.—Vienes... ¿Bañado? O... No, ¿Es sudor?
—Sudor—. Harry rió ante la curiosidad que el ojiazul ofrecía mirando su cuerpo.—Lo uso como calentamiento, así sólo entreno y me evito los minutos de estiramiento—. Louis silbó de asombro, Harry era sin duda casi un atleta.—Tú apenas deberás calentar, deberías correr de tu departamento hasta Boxing para calentar y así empezaremos rápido.
Louis pensó en su mala condición física, además del posible acosador... ¿Cómo le decía a Harry?.
—¿Me lo dices como sugerencia...? ¿O como parte de nuestro entrenamiento?
—Te lo ordeno—. Aclaró Harry cruzándose de brazos al ver la posición que el ojiazul comenzaba a poner, ni siquiera empezaban y éste ya estaba poniendo peros.
—Vale, entiendo—. Respondió Louis llevando las manos a su propio pecho fingiendo paz y amor con la discusión.—Es sólo que en serio vivo cerca, el camino no me hará calentar lo suficiente—. Trató de nuevo.
