Donde Louis tiene la paranoia de que está siendo acosado y recurre a un entrenador personal.
O donde Harry accede a ser el entrenador de Louis, curioso de como una cosita tan blanda cree que puede pegarle a alguien.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Louis había despertado y lo primero que había pensado era en Harry.
Incluso la noche anterior había pensado en Harry y lo suaves que eran sus labios, lo demandante que eran sus manos sobre su cintura y lo alto que era, la tarde pasada notó como había bajado su rostro con el objetivo de reclamar sus labios.
El beso había sido igual de delicado que todo el trato que había recibido por parte suya, cuidaba de él en el gimnasio y por sobre todo, jamás le había puesto un dedo encima, incluso si fuese por accidente o porque el deporte que practicaban lo requería, Harry siempre cuidaba que eso no sucediera.
Louis se colocó unos pantalones deportivos negros con nervios en su estómago, ¿Harry lo besaría seguido? ¿Cómo debían actuar? No se habían dicho directamente que se gustaban pero era obvio que algo de atracción existía entre ambos.
La camisa holgada ocultó las curvas de su cintura, cubriendo también el inicio de sus glúteos y su espalda baja. Aún se mantenía en calcetines buscando las vans que ocuparía ese día en conjunto de las prendas, sin embargo el timbre se hizo sonar haciendo que caminara intrigado.
Sorpresivamente, Harry estaba del otro lado en cuánto abrió la puerta.
—Oh, ¡Harry!
—Buenos días, Lou—. La sonrisa del rizado podía alegrarlo con la simple presencia.—Te envié un mensaje, no sé si lo leíste, pregunté si podía pasar a verte, podemos ir a calentar juntos si quieres.
Louis sonrió con un sonrojo notable en sus mejillas.
Número uno, no había visto su teléfono en toda la mañana.
Número dos, Harry comenzaba a darle más atención, era obvio y eso para nada le fastidiaba, estaba feliz de sentir iniciativa suya por intentar conocerse y pasar más tiempo juntos.
—No lo vi, lamento no contestar el mensaje, Hazz, ¡Pero me encantaría!—. La risa risueña del ojiazul le sacó una igual a Harry, quién ahora tomaba más confianza, quería estar más tiempo al lado de Louis.
Le encantaba su actitud, aún si a veces era un tanto impulsivo y aún debía aprender a controlar su temperamento, pero él estaba seguro que sobre eso, habían mil motivos más por los cuáles amar el carácter de Louis. Harry comenzaba a sentirse bastante atraído por cada rasgo y peculiaridad del ojiazul.
—Aún me falta ponerme los zapatos y tomarme mi batido, ¿Quieres un poco? Justamente hoy hice un poco más, puedes tomarlo si quieres—. Harry no solía tomar cosas antes de calentar, de hecho llevaba su proteína en la mochila, pero, ¿Cómo desechar algo hecho por Louis?
—Claro, permiso—. Harry se hizo paso una vez más en el departamento de Louis, observó todo con detenimiento, con mayor atención de lo que hizo la última vez.
