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El silencio entre ambos estaba desde unos minutos, era incómodo y tan sólo se escuchaba el sorbido de la pajilla que Louis hacía al tomar del batido, sin dirigirle la mirada ni siquiera la palabra, sentados en una banca del parque más cercano que ...

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El silencio entre ambos estaba desde unos minutos, era incómodo y tan sólo se escuchaba el sorbido de la pajilla que Louis hacía al tomar del batido, sin dirigirle la mirada ni siquiera la palabra, sentados en una banca del parque más cercano que Harry había encontrado lejos de la cafetería.

Harry ni siquiera había tomado un sorbo de su jugo, yacía intacto en su mano manteniendo su mirada fija en el más bajo.

—Louis, no puedes estar enojado conmigo para siempre.

...

.....

.......

Hmm.

Harry frunció el ceño y por primera vez le tomó del hombro haciendo que los ojos azules igual de tensos que los suyos se encontraran.

—¿Por qué estás enojado, hm?.

—¿Por qué? ¡Harry, nos llamó maricas!—. Louis parecía incrédulo, sin embargo no creó ningún efecto en el rizado.

—¿Acaso te molesta?, ¿Eres hetero?—. No quiso sonreír, pero allí estaban aquellos hoyuelos mostrando parte de diversión al pensar que Louis podía indignarse por ser llamado de aquella manera.

—Uh... N-no, ¡Pero no tiene porqué llamarnos así!—. Harry había extrañado tanto aquel color bermellón sobre las tersas mejillas contrarias.

—¿Sabes? No porque yo tampoco sea hetero quiere decir que me guste que me digan así, es solo que debes aprender a controlar tu temperamento, tu facilidad de enojarte con la mínima cosa—. Louis rodó los ojos sintiendo su sangre hervir en cuánto recordó a aquel tipo.

—Le habría dado una paliza, le habría tirado mi batido encima. Si no fuera porque alguien—. remarcó con insistencia mirándole con acusación —Lo impidió.

Fue el turno de Harry para rodar sus ojos, bebiendo por primera vez de su jugo embotellado.—No iba a dejarte que hicieras eso, no íbamos a hacer un show en plena cafetería—. Louis bebía aún del batido y vio sus intenciones de responder.—Si tú sabes quién eres... Entonces no importa lo que te digan ni quién lo diga, ¿De acuerdo?.

El índice de Harry se dirigió hacia su pecho, presionando suavemente en el lugar donde su corazón yacía.—Confía en ti, así nadie puede derribarte ni con el más grosero insulto.

Louis miró donde su dedo apuntaba y resopló dejando a un lado su batido, justo para tener los brazos libres y así cruzarlos sobre su pecho aún renegando.

—Ese tipo no puede ir por la vida diciéndole maricón a cualquier persona, es tan... Ugh, lo odio.

—¿Sabías que parte del boxeo es esto? Hay muchos boxeadores y muy buenos, tienen increíble resistencia, fuerza y buenas técnicas para dejarte babeando el piso de un sólo golpe... ¿Has visto que esos tipos hayan golpeado a alguien sólo por llamarlos de alguna forma? ¿O algún mal trato?—. Louis pensó durante unos segundos, trataba de entender a dónde iba.

pégame (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora