Los tres se veían fijamente alternando las miradas, Louis veía a Gemma, veía a Harry. Harry veía a Gemma fijamente, era el único que no apartaba su mirada de ella como si en cualquier momento pudiera saltar sobre Louis o él mismo y arañarle la cara.
No habría motivo, pero todo podía suceder.
Gemma tan sólo portaba una pequeña sonrisa en el rostro mientras observaba minuciosamente como la mano de su hermano se postraba de forma protectora sobre la rodilla de Louis. Ver a Harry en aquella faceta le recordaba a algo.
Tal vez a un Harry menor tratando de ser protector con ella cuando era mucho mayor que él.
—¿Y bien? ¿Vas a seguir viéndome con cara de perro o vas a agradecerme?—. Harry bufó ante las palabras de su hermana cruzándose de brazos y dejando a Louis sin el calor reconfortante de su mano sobre su rodilla.—Harry, me encantaría saber que es lo que planea mamá con Alex, pero como pudiste ver salí bastante apresurada, si no hubiese llegado a tiempo habrían tomado a Louis como carnada y ni siquiera lo sabrías.
El rizado se estremeció ante sus palabras sabiendo que era totalmente verdad, se sentía con un enorme vacío de sólo pensar a Louis siendo acosado con preguntas, el pánico que le inundaría. Lo había visto con los reporteros en la puerta de su departamento y no esperaba que hubiese sido peor o que fuese demasiado tarde.
—Gracias por avisarme—. Pronunció en voz baja pero lo suficiente como para que los dos allí en la sala pudiesen escucharlo.
—No hay de qué, lamento haber roto nuestro trato—. Gemma no pasó desapercibida la mueca de confusión que Louis puso.
—Déjame adivinar, no tienes idea ni de lo qué ocurre.
El ojiazul apenado suspiró y se encogió en el sofá escuchando la risueña risa de Gemma, quien acarició su hombro muy apenas para confortarlo siendo vista con amenaza por el portador de verdes pupilas asesinas.
—Le explicaré cuando te vayas de aquí, gracias por cuidar de la casa...—. Harry no podía perder de vista que su casa no parecía una casa fantasma con telarañas, más bien parecía cuidada, no le sorprendería que Gemma viviera allí temporalmente.
—A pesar de que nunca creí que regresarías a esta casa, traté de mantenerla cuidada por ti—. Sonrió y Harry no pudo evitar corresponder la pequeña sonrisa.
Así eran ellos, no habían compartido el mismo pensamiento cuando Harry decidió irse de casa, sin embargo aún conservaban el cariño de hermandad.
Gemma también había dejado de pelear cuando tuvo diecinueve, a comparación de Harry, ella si quería pelear, le encantaban los lujos, el poder de ser una peleadora y ganadora. Siendo una joven había aprendido inmaduramente a disfrutar de los millones de pesos que una simple pelea podía darle.
Si bien Anne no consideraba el boxeo un buen ambiente para su bebé, además de cero femenino, el dinero lo podía todo.
Pero Gemma se lesionó, en una de sus peleas un mal golpe de su contrincante provocó una luxación de hombro que no le dejó bien, podía mover su hombro muy poco y aún cuando se "recuperó", su madre no estuvo segura de volver a ponerla sobre un ring, así que allí terminó su carrera, comenzando una más aburrida pero dentro del mismo ámbito, ser entrenadora de chicas principiantes le causaba satisfacción.
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pégame (l.s)
FanfictionDonde Louis tiene la paranoia de que está siendo acosado y recurre a un entrenador personal. O donde Harry accede a ser el entrenador de Louis, curioso de como una cosita tan blanda cree que puede pegarle a alguien.