Capitulo 2

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Estaba haciendo lo impensable, algo que nunca haría el Gran Maestro de pociones Severus Snape, el mago que traicionó al señor tenebroso y salió ileso. 

Este mago estaba huyendo, escapando de Remus Lupin.

El amable y tranquilo profesor de defensa que siempre tenía una boba sonrisa y repartía chocolates a diestra y siniestra como si fuera la cura para cualquier mal. Ese Remus Lupin, el que aparentemente estaba enamorado de él. Severus Snape, el murciélago de las mazmorras, una serpiente viscosa y grasosa... eso no tenía ningún sentido, salvo que tal vez ¿sí lo tenía...?

De repente, a Severus lo asaltaron una serie de recuerdos del último año y medio. Las veces que Remus invadía su espacio personal acercándose más de lo necesario o le tocaba levemente la cintura o los brazos. A veces tenía la loca idea de que el otro tomaba una respiración profunda cuando estaban muy cerca; ahora eso no sonaba tan descabellado. Severus sintió una repentina ganas de quitarse la grasa del cabello.

Los regalos en los días festivos, siempre eran algo que necesitaba y algunos eran un poco costosos. Aunque tenía la intención de devolverlos, al final el lobo siempre lo convencía de conservarlos. Luego de la segunda vez, comenzó a devolver el gesto por cortesía, siempre era un libro que pensaba que podría gustarle al profesor.

También estaban los pequeños detalles. Al principio, el lobo solo buscaba su perdón y mantenía su contacto al mínimo, pero conforme pasó el tiempo comenzó a perseguirlo para charlar, como cuando bajaba a las mazmorras para acompañarlo al gran comedor o cuando se sentaba a su lado en las reuniones del personal. ¡Por Dios, a veces hasta colocaba comida en su plato cuando veía que él no se encontraba de humor para hacerlo!

Todo era tan confuso y era extremadamente vergonzoso. ¿Qué idiota no se daría cuenta de eso? Hasta sus serpientes sabían de esto. ¿Lo sabrían acaso los demás profesores?

"Esto no puede estar pasando", murmuró en la  seguridad de su habitación. Había logrado escapar anoche del insistente lobo. Por supuesto, los años de práctica no fueron en vano. No había pegado el ojo en toda la noche pensando y avergonzándose de sí mismo y maldiciendo a Blaise Zabini y a Remus Lupin.

Su problema ahora era: dar la cara. 

¿Cómo les daría la cara a todos sabiendo esto? ¿Y a Lupin? Tendría que rechazarlo, de eso no había duda. Ni siquiera lo había perdonado en serio, aunque tendría que prepararse mentalmente para eso. Aun así, decidió evitarlo a toda costa, al menos el día de hoy.

"Si esa es una buena idea", suspiró.

-12 pm en el gran comedor-

"¿No tienen la sensación de que el profesor Snape está evitando al profesor Lupin?" soltó Pansy y apenas llegó a la mesa tomó asiento.

"Sí, es tan obvio que me siento mal por el profesor Lupin, míralo sentado ahí con cara de perro abandonado", señaló discretamente la mesa de profesores donde había un lugar vacío justo al lado de dicho profesor de defensa.

"Pobre, espero que no sea por nuestra culpa", miró preocupada su ensalada. "Quería que mi ship entre ellos se confirmara, no que se acabara", se lamentó.

"Tranquila", Blaise tomó su mano. "De algún modo se tenía que enterar. Además, tal vez le hicimos un favor", Pansy lo miró confundida. "¡Oh, vamos! A como iban las cosas con el profesor Lupin, nos hubiéramos graduado antes de que le confesara sus sentimientos".

"Bueno, en eso tienes razón", coincidió. "¿Oye y Draco?"

Blaise soltó un suspiro cansado. "También está evitando a Potter", declaró.

Por chismoso, me eché al lobo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora