Dobby era feliz al servicio de la familia Malfoy.
Desde la caída del señor oscuro se prohíbio el maltrato hacia los elfos domésticos, Dobby no sabe quién fue tan amable como para pensar en ellos y realizar el cambio pero estaba muy agradecido, siempre trataba de ayudar a su compañeros mayores que estaban traumatizados, como consecuencia de años de abuso por parte del Señor Abraxas Malfoy.
Dobby tenía leves recuerdos del antiguo patriarca Malfoy y ninguno era bueno. Sin embargo, Lucius Malfoy casi siempre se había mantenido lejos de los elfos, solo dando órdenes claras y precisas sin abusar de su poder.
Siempre llevaba una expresión seria cuando hablaba con otras personas, era intimidante. Dobby se pondría nervioso si no conociera como era su Amo cuando estaba a solas con su familia, por esta razón cuando atravesó la chimenea del salón y lo llamó preguntando donde estaba la Señora Narcisa con voz fría y demandame mientras se quitaba los guantes y la capa, Dobby no sintió miedo, notando el brillo emocionado en esos ojos grises, cuando su amo tenía ese brillo en sus ojos significaba que se enfrascaria en una larga charla con la señora Narcisa por unas buenas horas mientras comían postres. A su Amo Lucius le encantaban las galletas de nueces que hacía Fhanty.
Luego de indicarle que la señora Narcisa se encontraba en el invernadero su Amo Lucius emprendió el camino ni bien terminó de hablar.
Dobby pensó que lo que tendría que contar era algo muy interesante por lo que ordenó rápidamente la ropa y se apareció fuera del invernadero pasando desapercibido por sus Amos.
Porque Dobby era un elfo muy curioso, las historias que sus amos compartían eran muy graciosas y divertían a sus compañeras elfas que estaban en la cocina. Dobby solo era curioso, nada más.
Mientras Lucius entraba apresuradamente al hermoso invernadero lleno de extrañas flores aromáticas viendo como su querida esposa está podando un pequeño bonsai de cerezo.
"Cariño no sabes que descubri en..." intentó decir Lucius antes de que Narcissa lo detuviera con un gesto, a lo que Lucius rápidamente se acercó para besarla suavemente "Lo siento estaba demasiado emocionado que olvide mis modales, ¿como estas querida?" saludo mirándola con ojos llenos de adoración.
"Mejor desde que mi adorable esposo vino a saludar" su voz era tan calmada y discretamente divertida mientras acariciaba con su mano libre el rostro de su esposo.
"¿Ya almorzaste? porque tengo algo urgente que comentarte" Narcissa admiro su expresión emocionada y sonrió divertida. Su esposo era un chismoso de lo peor.
"¿Pasó algo en Hogwarts? ¿al fin sacaron esas horribles cortinas marrones del salón del tercer piso?" pregunto esperanzada.
El rubio arrugó su perfecto rostro recordando la pesada cortina marrón sucia que estaba en todos los malditos salones, "Podemos encargarnos de eso luego, Cariño. Sin embargo lo que tengo que contarte involucra a Draco" soltó guiando a su esposa al área del té dentro del invernadero, donde una tetera comenzó a servir sus tazas de porcelana apenas tomaron asiento.
"¿Draco ha causado otro problema? ¿Volvió a pelear con el ahijado de Sirius?" cuestionó preocupada, aunque su hijo no se había estado quejando como de costumbre con respecto a Potter.
"No, de hecho parece que esos dos al fin resolvieron sus diferencias" comentó distraídamente, ante esto Cissy enarco una ceja.
"Qué curioso" pensó con sospecha, su mente uniendo todas las recientes actitudes de su hijo. Como buena Slytherin llegó a una conclusión que ya tenía prevista desde que Draco terminó 1er año y no dejaba de hablar del heredero Potter.
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Por chismoso, me eché al lobo.
FanfictionEs el cuarto año de Harry, Remus Lupin a estado enseñando ya un tiempo en hogwarts, Severus encuentra esto sumamente molesto ya que este intento mediocre de hombre lobo quiere amigarse con él por alguna razón, pero lleva fracasando casi dos años, a...