Aquel enfrentamiento termino con la victoria del equipo de Jungkook, un ego fue lastimado, mientras que otro fue agrandado, se sabía perfectamente, que, para un alfa, su ego era algo esencial, ya se para demostrar que eran fuertes o sobresalientes en algún aspecto, era importante para hacer que su omega se sintiera orgulloso de ser su pareja, aunque en el pasado no era de esa forma y los omegas eran tratados de una manera despectiva, pero todo por suerte había cambiado. Para Yoongi, quizás había perdido esta batalla, pero no la guerra, pues tenía lo que él consideraba una gran ventaja a comparación de su oponente. Sin saberlo, Jimin estaba involucrado en un triángulo amoroso.
Ahora que el fin de semana había llegado, Yoongi estaba más que decidido por estar con Jimin, el plan estaba hecho a la perfección. Le haría el desayuno, estaba seguro de que necesitaría ayuda con la tarea, por lo que se ofrecería amablemente, platicarían toda la tarde, verían películas y por casualidad se quedarían dormidos en la misma cama. Al alfa le emocionaba sentir el aroma del Jimin un poco más cerca y sobre todo dormir junto a él. Sin que pasaran otras intenciones, Yoongi sólo deseaba poder estar cerca de su omega, pues ya lo consideraba de esa manera. El pelinegro se levantó temprano para hacer un rico almuerzo, no se consideraba bueno cocinando, pero tampoco era malo, por lo menos no como su madre que era capaz de quemar el agua.
Por otra parte, un lindo omega dormía tranquilamente, había sido una semana pesada muchas tareas y ensayos para la obra que cada vez estaba más cerca por estrenarse. Disfrutaba de su descanso bien merecido hasta que un rico aroma llegó a él, removió un poco su cuerpo y abrió los ojos lentamente tratando de que sus ojos se acostumbraran a la luz de la habitación.
-Hot cakes...
Dijo al reconocer ese aroma, se supone que la señora que ayudaba con tareas de la casa no venía los fines de semana y era extraño que alguien usará la cocina durante estos días. Jimin se levantó de la cama tallando sus ojos con delicadeza y caminó hacia la cocina. Nunca espero ver a Yoongi con un delantal blanco, con unas cuantas manchitas de mezcla. Jimin se acercó para ver los esponjosos y deliciosos hot cakes que estaban en la barra de la cocina, su pancita hizo sonidos que delataron su ayuno y a la vez, alertaron a Yoongi de su presencia.
-Jimin, buenos días. Agarra los hot cackes que quieras. Los hice especialmente para tí.
-¿Para mí? Pues ¿qué estamos celebrando?.
Bromeó y se sentó en uno de los bancos de la barra y comenzó a preparar sus hot cakes con mermelada y otros aditamentos.
-Umh... bueno si tenemos una cocina deberíamos usarla.- Yoongi le acerco un vaso con malteada de chocolate, el omega se emocionó y una sonrisa decoró su rostro, al verla el alfa se emocionó internamente, desde que eran niños, esa sonrisa era su favorita, sobre todo cuando sus ojitos se escondían.
-Sí quieres más solo tienes que decirme.- aclaro su voz un poco y siguió cocinando sus hot cakes, ahora los que iba a comer él, su nerviosismo era innegable, pero su lobo estaba contento de haber generado esa felicidad al omega.
-Hyung tiene muchos talentos, cada vez me sorprende más.- el alfa volteo a ver a al castaño, notando que tenía un poco de espuma de la malteada arriba de sus labios y en las comisuras de estos algo se crema de avellana, su corazón se sentía cálido al ver tal escena.
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Confusión
Fanfiction}}}Jimin es un joven omega que después de haber perdido a sus padres queda al cuidado de la mejor amiga de su madre y del hijo de esta Yoongi, quizás era la edad o quizás la compañía pero la atracción entre ellos dos poco a poco iba creciendo.