PEDIDA PERDIDA EN EL AIRE

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La noche había llegado, Christopher había ordenado una reservación en el Restaurante más prestigioso de Londres, la noche se sentía fría, las gotas de lluvia resbalan por los grandes Cristales, cuando el Reloj marcó las 21:00 puntualmente Christopher frunció el ceño, se supone que Rachel ya debería de estar aquí, pero aquello no era lo que estaba ocurriendo, el Coronel sacó su teléfono celular y sin dudar marcó el número de su novia, en la tercera tonada Rachel había contestado.

- Muñequito - Responde Rachel con una voz muy suave.

- ¿Ya estás por llegar? - Pregunta con brusquedad Christopher.

- Lo lamento Chris, no podré llegar a la cena, Brat sufrió un pequeño accidente y estaré aquí hasta que llegue Sabrina.

- ¿Me dejaste a mi por cuidar a tu ex novio? - Christopher deja ver una sonrisa peligrosa.

- No podía dejarlo morir Christopher, no será la última cena que tengamos juntos, estoy segura de que Sabrina llega en un momento ¿Te veo en el Penthause?

- ¿Estás segura de que no es última cena que tendremos? - el coronel destila crueldad - Dime Rachel ¿me dejaste por ir con tu ex novio, justo esta noche?.

- No te quejes Christopher, a él lo deje por ti.

- Te realizare una pregunta, una última pregunta Rachel ¿no vendrás? ¿Te quedarás con Brat?.

- ¿Familiares de Brat Lewis?.- Se escucha la voz de una mujer, Christopher vuelve a sonreir, Rachel no respondio, pero la respuesta ya era clara en su corazón.

- Lo lamento amor, pero en unos minutos estoy en casa.

- No te quería en casa, Rachel, solo te pedí una puta hora de tu tiempo, pero veo que sigo sin ser tu prioridad.

- Yo tampoco soy la tuya, eres Capas de dejar que yo te vea cojer con otra.

- Quería alejarte maldita sea, me estás sacando en cara algo que ocurrió cuando no eramos nada, supuse que yo no tenía permitido amar, pero más allá de eso, me permiti amarte, soy un hijo de puta, no sé decir te amo, no soy de los que envía rosas, soy un Jodido Criminal que seria capaz de abrir las puertas del infierno si alguien te hiciera daño.

- Lo siento, debo de ver el estado de Brat, hablamos en casa Christopher - Responde Rachel terminando con la llamada.

El Coronel se pone de pie, toma el estuche en sus manos y sale del restaurante, el Ferrari avanza por las avenidas de Londres, llega al Penthause que comparte con Rachel, Zeus y Luna lo observan, el hombre saca la correa de ambos deja el estuche por encima de la cama y sale con los perros de allí.

Al día siguiente corren los rumores de que Brat sufrió un accidente, escuchar aquello le da dolor de cabeza a Christopher.

- ¿Ya puedo preparar la despedida de Soltero? - Suelta Patrick con una sonrisa burlona.

- Si continúas diciendo estupideces te enviare a una misión en Egipto.

- Hermano, solo estaba... - Patrick se detuvo de inmediato - Rachel te dijo que no.

- Nunca llego - Patrick abrió los ojos ¿que acaba de escuchar?.

- Me estás jodiendo - expuso Linguini.

- Déjame a solas Patrick.- entonces escuchar como habla le deja en claro a Patrick de que Christopher no estaba bromeando, Linguini no dijo más nada, optando por salir de la Oficina del Coronel.

Minutos después alguien más había tocado la puerta de Christopher.

- ¡Coronel! - Christopher levanta el rostro de los documentos que estaba revisando, era Gema.

- Adelante - responde el Coronel.

- Tendremos una misión en Grecia, la Mafia Italiana ha escalado hasta allí, varias niñas y niños que son hermanos son secuestrados, además de niños huérfanos es decir aquellos que no cuentan con la protección de sus padres, todo indica que Antoni Mascherano esta jugando libremente.

- En una hora tendremos una reunión, retírate.

- ¿Por qué no mejor dejas de ser amargado? - Expuso Gema ganándose una mala mirada por parte de Christopher - Eres un puto amargado, hubieras muerto en cualquiera de tus misiones.

- Vuelve a repetir tus palabras, quiero volver a oírlas, Gema Lancaster - La morena trago saliva, acaba de tentar a la muerte, antes de decir algo su teléfono había sonado, era un texto de Rachel.

*Lamento no haber llegado anoche, Sabrina no llego, pero ya estoy en casa, gracias por el obsequio Christopher* - el Coronel frunce el ceño, pero deja de prestar atención centrando sus ojos en la morena que tenía ante sus ojos.

- Gema, desnudate y abre las piernas - dice con total autoridad Christopher tomando por sorpresa a Gema que adquirió la palidez en todo su rostro.

ENTRE EL INFIERNO Y EL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora