Sentía un fuerte dolor en todo su cuerpo, pero en especial en la cabeza, se sentía aturdida y desorientada. podía sentir las sábanas de seda bajo su piel y reconoció el olor de la leña en la chimenea, estaba en su hogar, no podía decir en cual, de sus castillos, pero era suyo, era la leña que su madre siempre pedía a los criados, era lo que le hacía sentir en casa, sin importar en que castillo se instalara. Se sintió tranquila, no estaba con Alessandro. Trató de abrir los ojos, pero se lo impedía una pesades extraña, parecía que le habían dado fuertes medicamentos para el dolor, pero estaban dejando de hacer efecto, trató de moverse, pero una punzada de dolor le atravesó la cabeza, gimió con fuerza y una grabe voz con acento ruso la sorprendió.
- Delicioso sonido.
No era él, un sudor frío comenzó a recorrer su cuerpo, no era Mikahil, quien fuera la persona que estaba en esa habitación no era Mika, no podía moverse, perdió toda la seguridad que habai sentido hace solo un momento y comenzó a entrar en pánico, su corazón quería salir de su pecho, pues su cuerpo estaba lánguido y sin fuerzas, no podría defenderse si es que ese hombre quisiera hacerle daño, no podía reconocer su voz, pero sabía que no era su prometido.
- Shhhhh, no temas, no hay nada que temer si eres una niña buena.
Christophine intentó hablar, pero tenía la garganta reseca, así que solo pudo producir otro gemido que pareció divertir a su acompañante, escuchó los pasos acercarse y después sintió el cálido aliente de ese hombre muy cerca de su rostro, abrió los ojos y solo podía ver una figura borrosa, de un hombre rubio que sonreía, era macabro, parpadeó hasta que distinguió a uno de los Kozlov, por la frialdad en sus ojos supo que estaba en presencia de Dima y eso le aterro más y eso solo parecía divertirlo más.
Pero sus facciones fueron cambiando en cuanto comenzaba a interrogarla.
- No temas, solo tengo curiosidad, quiero saber como es que ese mal nacido entró a la ciudad sin que nadie se diera cuenta, como sabía dónde estarías y a donde se fue. Preguntas simples.
Mientras tanto en otra de las habitaciones de ese lugar Mikahil era atendido por su herida, había sido una salida limpia sin tocar ningún órgano, solo recibió una sutura y un vendaje, estaba recuperando el conocimiento, pues se había aferrado al cuerpo de su prometida hasta que perdió el sentido. La habitación estaba llena, todos hablaban a la vez, escuchaba a alguien decir que tendrían que posponer la boda, a otros que debía de descansar un tiempo, trataba de distinguirlas todas, su padre, su hermana, Dominik y otro par de voces que no reconoció, pero supuso que eran los médicos pues estaban dando indicaciones.
Trataba de entre todo ese ruido reconocer al de su prometida, pero no podía, intento levantarse, pero una mano firme lo frenó.
- Descanse, no trate de levantarse.
- Christophine, ¿dónde está?
Escuchó a su hermana decir que ella estaba bien, que ya había sido revisada que otro médico estaba con ella, pero necesitaba verla, su campo visual se abrió y notó a las personas en la habitación, el medico más cercano a él era Evander Katsaros y estaba acompañado de su esposo, un miró a su padre y a Biagio. Intentó levantarse de nuevo y se dio cuenta que tenía el abdomen vendado.
- Necesito verla.
- Andreas y Dima, está con ella, no te preocupes.
Su hermana era muy ingenua si creía que el ruso sería igual de indulgente con Christophine como lo era con ella, dima sacó fuerzas de flaqueza y se pudo de pie, recordó las palabras de Dima, si ella no era familia, no se tentaría el corazón para matarla, seguramente el maldito ciego estaba esperando la oportunidad para interrogarla. Necesitaba asegurase que ella estaba a salvo y saber como es que ese maldito se había cercado a ella sin que nadie se diera cuenta.
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Amor Ilegal 2
RomanceChristophine Daniau Sauvageau fue criada para ser la esposa perfecta, la mujer perfecta y la hija perfecta. Desde niña se le educó para ser la Princesa de la mafia, se casaría con Valentino Brooks y sería la consorte perfecta. Solo que no es perfect...